Sex Game [Emiliaco]

16. Día 8 (2)

"Duda"

~☆~

Agradecía mentalmente cuando escuché el grito de Emilio anunciando que era hora de irnos. Todos los chicos de la casa se morían de risa al ver nuestros rostros. Nosotros tres teníamos a nuestros "orcos" encima de nosotros. En el caso de Mariana estaba encima de un hombre que tenía una especie de barba de chivo.

El chico de Niko era un chico con 18 años recién cumplidos que estaba lleno de acné, pero le dejó claro que su mamá no sabía que era gay, ósea que estaba en el closet o algo así nos dijo Niko.

- Eres muy guapo, Joaquín – ella me sonríe ciegamente.

- Gracias, Sonia – le sonrío levemente mientras le acerco su bebida para que siga tomando.

- No la emborraches tanto, Joaquín, debe de estar consiente – me recuerda Regina con una sonrisa cínica.

Todo el camino hacia la casa fue demasiado incómodo. Me estaba arrepintiendo de esta novatada, pero muy en el fondo sabía que el plan de Emilio funcionaría.

Lo busco con mi mirada e inconscientemente empuño mis manos cuando veo a Regina besándolo. Mi estómago se aprieta. Él la está besando con los mismos labios con los que me besa a mí. Se suponía que Regina estaba obsesionada con él, pero él no le hacía caso porque era gay.

Entonces, ¿por qué mierda la besaba?

¿Ha follado con ella mientras folla conmigo?

Me revuelvo incómodo ante la incomodidad que me produce la respuesta obvia a mi pregunta. No entendía porque me importaba este tipo de cosas. No era como si solo por follar con Emilio él me perteneciera ¿o sí?

Lo nuestro era solo un juego de sexo, diversión, sin compromisos.

Mi pecho se infla ante la idea de....

Sacudo mi cabeza alejando mis pensamientos, estoy demasiado tomado y con muchas dudas en mi cabeza.

Esta es la primera vez que realmente una persona me hace dudar sobre lo que me gusta.

Desde Emilio yo....ya no me siento el mismo.

¿Es normal? ¿Es bueno? ¿Malo?

No quiero ponerle nombre a esto que estoy sintiendo, solo es confusión, necesito saber lo que realmente siento y lo descubriré esta noche.

Tomo el rostro de Sonia y lo uno al mío besando sus labios.

Nada.

Cierro mis ojos mientras trato de recordar uno de los tantos besos de Emilio.

Vuelve a unir nuestros labios en un beso desesperado y dominante por parte de ambos. Sus manos permanecían en mi nuca sujetando mi cabeza mientras presionaba con fuerza. Mis manos habían bajado de su rostro a su camisa que estaba arrugando en estos momentos.

Era como si ambos estuviéramos ardiendo en deseo y necesitáramos sacarlo por completo de nuestros sistemas.

Rompe el beso dirigiendo su cabeza a mi cuello donde comenzó a acariciarme con su lengua. Todo mi cuerpo se estremeció ante su contacto, solo bastaba con un toque suyo para que mi cuerpo se encendiera.

- ¿Te gusta cómo te toco con mi lengua, Joaquín? – jadeo – Siento como tu cuerpo se estremece por mi tacto, ¿te gusta cómo te toco?

- ¿Joaco? Tierra llamando a Joaco ¿tas bien? ¡Joaco!

- ¡Sí! - grito.

- Sí, ¿qué? – me cuestiona Kate mirándome confundida.