61. Visita inesperada

3.7K 647 2.1K
                                    


¿Ayuda o problema?








"Diez mil maneras" de David Bisbal se encuentra en multimedia. 🌻






Reproducir al leer el Reproduzcan en su lectura. ✔













~☆~















Varios días pasaron después. Dayana se sentía mucho mejor gracias al pasar del tiempo, también gracias a algunos consejos que el Doctor Lehner le daba diariamente para sentirse mejor. Por suerte logró recuperar el volumen de su esbelto cuerpo. Mientras que su bebé se mantenía sano y fuerte. Sus diminutos ojos se abrieron a la primer semana descubriendo que tenía un precioso tono miel brilloso que a Emilio se le hacía sumamente familiar.

El resto del día en la casa de los Gress se mantuvo tranquilo, no hubo ningún problema. La presencia de Mariana, Dayana, Joaquín y Emilio en la habitación principal se mantenía firmemente ahí; ninguno quería irse. Todos miraban al pequeño bebé que seguía en la cuna, el pequeñito aún no se había despertado desde que lo acostaron por primera vez hace unos minutos.

Hacía soniditos tiernos que endulzaban los oídos de todos en la habitación.

Era un momento demasiado íntimo.

Emilio lo supo desde que captó el rostro embobado de Joaquín observando a su hijo. No podía evitar sentirse demasiado miserable, se sentía como un intruso, él no tenía porque seguir ahí soportando el dolor que comenzaba a sentir su estómago provocado por su tristeza acomulada, así que se le hizo demasiado fácil levantarse de su asiento. Aclaró su garganta llamando así las atenciones de todos mientras sobaba sus manos llenándose de valentía - Emmm, saldré a tomar un poco de aire. Si necesitan algo pueden llamarme.

- Pero aún no es su hora de salida, Doctor - Dayana cruzó sus brazos. Emilio tuvo que apretar su mandíbula. Esa mujer comenzaba a fastidiarle. No le dejaba ni un segundo a solas.

Parecía.....su perro faldero.

Y eso hacía que su sangre hirviera.

- No hagas ruido, Dayana - la voz de Joaquín a su lado le sorprendió. Este tenía sus brazos cruzados, su mirada embobada había sido suplantada por una seria - El bebé sigue dormido, si el Doctor quiere tomar un poco de aire puede hacerlo.

- Bueno - ella sonrió apenada - No te enojes, amor. Solo decía, por supuesto que el Doctor Lehner puede ir a tomar aire cuando quiera, es solo que pensé que ya se quería ir

- No se preocupe, Señora - el más alto en la habitación reacomoda su cabello con ambas manos mientras procede a interrumpirla - Solo necesito un poco de aire, volveré en un rato. No se preocupe, aún no me voy.

Nadie replicó nada después de escuchar las palabras del rizado. Emilio recobró su camino hacia la puerta y después salió. Se sentía sofocado, aunque ya habían pasado varios días no podía acostumbrarse, se seguía sintiendo incómodo en esa casa.

Se detuvo a medio pasillo, recargó su espalda en la pared más cercana mientras suspiraba. No sabía cuanto tiempo más tenía que seguir soportandolo. Esto era demasiado.

Sex Game [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora