-¡Sheriff! Necesito cambiarme y no he traído coche así que espéreme.- Soltó Regina como una orden.
-Puede pedirlo con más educación... –Dijo Emma sentándose en una silla del pasillo.
-Puedo, pero no va a ser usted quien me dé una clase de educación- Dijo Regina alejándose.
Emma esperó más de media hora sentada en la puerta, Regina había tenido que ir a cambiarse y al volver se encontró con Whale que tenía algunas cosas que decirle por lo que se entretuvo más de lo que debía. Al salir se encontró a la rubia apoyada en su mano con los ojos cerrados, por su respiración pudo deducir que se había quedado dormida.
-Sheriff.- Dijo sin subir demasiado la voz para no sobresaltarla.
-Sí, estoy despierta.- Soltó levantándose como un muelle.
-¿Nos vamos?- Preguntó Regina sin poder evitar soltar una carcajada al ver la cara de la rubia.
Ambas salieron del hospital y se marcharon en el coche de policía en el que habían venido al hospital, Emma conducía con bastante rapidez pero muy hábilmente por todas las calles de la ciudad, hasta que llegó a la puerta de una clínica o al menos eso ponía en la puerta.
-¿Es aquí?- Preguntó Regina bastante extrañada.
-Sí, Hopper es psicólogo pero cómo últimamente tiene poco trabajo se dedica a cuidar del niño de Mary Margaret.- Soltó Emma con una carcajada al final.
-¿Quiere que vaya yo a por él?- Preguntó Regina que prefería evitar otro enfrentamiento.
-Será mejor que vaya yo, a usted no la conoce y no sé si le dará al niño. Espéreme aquí.- Dijo saliendo del coche.
Regina se quedó observando todo a su alrededor, el pueblo era cuanto menos pintoresco y pero no parecía incomodarle, se veía un lugar tranquilo en el que vivir con sus hijos y su pareja. Esa idea cruzó por su mente pero la borro de inmediato, Danielle jamás aceptaría vivir en un lugar así. Al cabo de unos minutos Emma llegó con el carro del niño en una mano y Neal en la otra, parecía bastante nervioso.
-¿Puede ayudarme?- Dijo bastante molesta al ver que Regina no se movía.
-Claro, aunque podría pedirlo con un poco más de educación.- Dijo para recordarle las palabras anteriores.
-Coja al niño, yo meteré el carro en el maletero.- Emma obvio las palabras de Regina y le dejo al pequeño.
-¿Qué te pasa, precioso?- Dijo Regina en tono infantil y mirando fijamente al niño que parecía mucho más inquieto que de costumbre.- Emma...- Dijo Regina pero fue interrumpida.
-Es la primera vez que dice mi nombre, ¿A qué debo el placer?- Bromeo Emma peleándose con el carro para que entrase.
-Vayamos a mi apartamento, necesito mi maletín.- Respondió muy seria.
-¿Por qué? ¿Qué pasa?- Preguntó cerrando el maletero y acercándose a la morena.
-Neal tiene mucha fiebre, quiero revisarla para asegurarme que sólo son los dientes.- Dijo Regina algo asustada.
-Está bien, suba. No tardaremos en llegar.
Regina obedeció y Emma no tardó en subirse a su lado, arrancó el coche patrulla y encendió las luces lo que le facilitó la llegada aunque realmente había muy poco tráfico por la zona. Regina subió al apartamento con Neal en brazos y Emma la seguía de cerca, la verdad es que estaba muy preocupada. La pediatra acostó al niño sobre la cama y le indicó a la rubia que lo sujetase para que no se cayese, mientras tanto Regina abrió una maleta y sacó su maletín.
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Las apariencias engañan.
أدب الهواةRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...