-Ven aquí.- Emma invitó a la morena a poner su cabeza sobre su hombro para así poder abrazarla.
La morena se acercó y colocó su cabeza sobre el hombro desnudo de la rubia que paso su mano por debajo de su cuerpo para poder acariciar así la espalda desnuda de la morena. Emma tiró de la sábana y tapo sus cuerpos ya que después del esfuerzo el sudor estaba dejando paso al frío de alta mar.
-¿Qué significa?- Preguntó Regina mirando la brújula que Emma llevaba tatuada en su clavícula.
-Hubo una época en la que había perdido el norte, me la tatué cuando lo volví a recuperar.- Susurró Emma acariciando la espalda de la morena.
-Me gustan tus tatuajes.- Dijo Regina besando la clavícula de la rubia que disfrutaba de tenerla así.
- A mí me gusta tenerte así.- Confesó Emma besando la frente de la morena que se acomodó aun más en el pecho de la rubia.
-Tengo que reconocer que también me gusta estar así.- Dijo Regina sonriendo un poco.
-Espera... ¿En serio?- Se sorprendió la rubia levantándose un poco para poder mirarla a los ojos.
-Emma, no puedo mentirte y lo sabes.- Regina se alzó también quedando ambas tumbadas de lado mirándose a los ojos.- Me siento un poco culpable por todo esto, yo amé mucho a Danielle aunque es cierto que llevo meses viviendo en una mentira con ella no quita que ha sido mi pareja durante años.- Regina se acercó ligeramente para poder mirar a Emma a la cara que a pesar de todo parecía estar tranquila.
-Regina, ¿Te has dado cuenta?- Preguntó la rubia.
-¿De qué?- Preguntó Regina que tampoco sabía a qué se refería la sheriff.
-Has dicho la amé, Regina. Te has referido a ella en pasado.- Emma sonrió aunque por un momento pensó que esas palabras podrían asustar a la morena.
-Supongo que ha sido algo involuntario.- Regina sonrió al darse cuenta que todo en su cabeza y en su corazón había cambiado.
-Me alegro mucho pero de todas maneras iremos despacio y afianzaremos todo, día a día.- Dijo Emma besando los labios de la morena que ya reclamaban su presencia.
Las dos dejaron que el silencio apareciese y se acomodaron en la cama, Regina se acostó sobre el pecho de la rubia y esta la abrazó dibujando con sus dedos en la espalada de la morena que parecía estar en el mismo paraíso en ese momento. Las dos disfrutaron de la cercanía y el constante balanceo del barco las llevo a un profundo y tranquilo sueño.
Fue Emma la que se despertó primero al notar como Regina se movía y colocaba su mano sobre su cadera. La rubia se quedó mirando a la morena que parecía un ángel caído del cielo para alegrarle a ella el despertar, al girarse se dio cuenta que era de día, el sol se colaba por la puerta del dormitorio. Sin preocuparse por nada más se giro para seguir observando a Regina que estaba muy relajada durmiendo.
-¿Me estas mirando?- Dijo la morena abriendo un poco los ojos.
-¿Cómo no hacerlo?- Preguntó la rubia que siguió en la misma posición disfrutando del despertar de Regina.
-Debe de estar hecha un desastre, no me mires.- Regina se movió y coloco su mano sobre la cara de la rubia para que dejase de mirarla fijamente.
-Estas perfecta- Emma se rio y beso la mano de la morena haciendo que esta también estaba sonriendo.
-No digas tonterías.- Dijo Regina que se había cubierto con la sábana.- ¿Qué hora es?- Preguntó al no recordad donde había dejado su móvil.
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Las apariencias engañan.
FanfictionRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...