-¡Emma!- Dijo Regina que esperaba que la rubia estuviese allí.
Emma seguía estática a las espaldas de la Regina, esta se giro al notar la respiración acelerada de la rubia y sus miradas se cruzaron. El nerviosismo de la sheriff era muy visible pues le temblaba la mano y había derramado un poco de café de su taza.
-Hola, doctora.- Dijo Emma dirigiéndose a su silla para que no se viese su nerviosismo.- ¿Necesita algo?- Preguntó intentando mostrar indiferencia aunque realmente se estuviese muriendo por dentro.
-Hola. Me gustaría hablar contigo.- Dijo Regina que seguía a Emma con la mirada.
-Adelante...- Emma señaló la silla de enfrente para que la morena se sentase.
-Ayer te fuiste sin despedirte.- Dijo Regina que se había acomodado en la silla aunque sus nervios no le permitían estarse quieta.
-Creo que estorbaba demasiado y no me gusta estorbar.- Soltó con la voz fría lo que hizo que Regina se estremeciese.
-¿Por qué dices eso?- Dijo Regina intentando estar calmada.
-¿Por qué?- Casi grito Emma levantándose de su silla y caminando de un lado a otro de la sala.- Déjame pensarlo, porque tu novia te pidió matrimonio delante de mi.- Soltó con tono de ironía aunque tuvo que escurrirse una lágrima que se le había escapado.
-Emma...- Regina susurro su nombre y se levantó ella también.
-¡Qué!- Espetó bastante molesta y dolida por todo lo sucedido.- Lo siento Regina, pero no me digas que podemos ser amigas porque no puede ser...- No dejaba de moverse por toda la oficina.
-Deja de dar vueltas, por favor.- Suplicó Regina que también estaba de pie y moviendo las manos para intentar aliviar toda la tensión que se había acumulado en su cuerpo esa noche.
-¿Qué quieres de mi? No puedo con esto... no puedo verte con ella, me mata por dentro pensar que ella puede besarte y hacerte el amor y yo me tengo que conformar con soñarte cada vez que cierre los ojos.- Dijo ahora dejándose caer de nuevo sobre la silla llorando.
-¡No me voy a casar con ella!- Gritó Regina para que Emma la dejase hablar de una vez.
-¿Qué?- Preguntó Emma saltando de la silla y llegando a su lado.- ¿Por qué?
-Porque te has metido en mi cabeza y en mi corazón y no consigo sacarte de ahí.- Susurro Regina agachando un poco la cabeza, Emma no se movió quería que continuase.- Después de que me pidió matrimonio yo me quede KO y Danielle me beso pero no sentí nada. No me provocó nada, en cambio tú sí. La he amado mucho, muchísimo pero desde que te conocí todo cambio, no quise darme cuenta pero es así.- Soltó Regina que había comenzado a llorar.
Emma no la dejó continuar se abalanzo sobre sus labios y comenzó un beso intenso y necesitado, Emma pasó sus manos por las caderas de Regina y tiro de ella para que sus cuerpos se pegaran, Regina soltó un ligero gemido al notar el cuerpo de la rubia pegado a ella.
Emma pegó a Regina contra su escritorio tirando al suelo varios papeles al suelo, comenzó a pasar sus manos por los muslos de la morena mientras subía su falda la necesitaba más que nunca, esa confesión le había llenado el alma de vida. Sus besos eran cada vez más apasionados y cada vez más exigentes, Regina entrelazó sus manos en el pelo de la rubia para que no se despegase de ella. Cuando estaba a punto de alcanzar las bragas de la morena Emma se detuvo y se separó un poco ante la asustada mirada de Regina.
-Te deseo pero nuestra primera vez no va a ser en mi oficina.- Dijo Emma besando los labios de la morena y mordiendo el labio inferior.- Quiero que sea especial. En el fondo soy una romántica y quiero que sea increíble.
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Las apariencias engañan.
FanfictionRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...