La sangre salía rápidamente de su cabeza y pronto su cuerpo inerte se encontró rodeado por una gran mancha roja.
Al escuchar el jaleo que provenía de la calle Regina se asomó a la ventana y vio a una gran cantidad de gente rodeando un cuerpo que estaba en el suelo, al fijar su vista vio que el coche de Emma seguía allí. Su cuerpo se estremeció ante la idea de que le hubiese podido pasar algo por lo que rápidamente cogió su maletín y salió a la calle haciendo que la gente se apartase para poder llegar al cuerpo inerte del suelo.
-Déjeme pasar, soy médico.- Decía mientras penetraba en ese círculo de curiosos que rodeaban aquel cuerpo.
-Doctora, haga algo.- Dijo un hombre que parecía bastante alterado y que estaba lleno de sangre.
Al llegar al cuerpo sus fuerzas parecía desaparecer, se encontró con el cuerpo indolente de la rubia con una gran mancha de sangre y lo que parecía una chaqueta debajo de su cabeza. A pesar de que el mundo parecía venirse encima su experiencia y profesionalidad salieron a relucir.
-Llamad a la ambulancia.- Dijo Regina que se arrodillo ante Emma para poder tratarla.
-Ya lo hemos hecho, no debe tardar.- Contestó el hombre que había hablado anteriormente.
-Está bien, ayúdeme.- Dijo mirándolo para que se arrodillase a su lado. – Levántela un poco, necesito taponar esa herida para que deje de sangrar.
El hombre obedeció sin decir nada y una vez que la herida estaba tapada por varias gasas la morena se dedicó a medir el ritmo cardiaco de la rubia, era bastante débil debido a la gran cantidad de sangre perdida pero era estable. Justo cuando estaba a punto de entrar en colapso escuchó la ambulancia llegar y retirar a toda la gente que se había reunido a su alrededor.
-Doctora Mills, nosotros nos encargamos.- Dijo Whale bajando de la ambulancia ayudando a los auxiliares a subir a la rubia a la camilla.
-Vale pero yo os acompaño.- Dijo Regina que no había podido evitar que una lágrima se escurriese por su mejilla.
-No hay problema.- Contestó este.- Parece que ha perdido mucha sangre. ¿Qué ha sucedido?- Preguntó una vez que estaban en la ambulancia.
-No lo sé... estábamos cenando y cuando me dejo se marchó y sólo vi una gran cantidad de gente alrededor, baje para ayudar y me la encontré así.- Dijo esta sin pensarlo mucho pues los nervios la estaban bloqueando.
-No parece nada demasiado grave.- Contestó este para aliviar un poco a su compañera.- Sólo ha perdido demasiada sangre y por eso no reacciona con una pequeña trasfusión estará bien.
-Espero que ese golpe no haya causado ningún daño interno.- Dijo esta que sabía que era muy probable debido al tiempo que llevaba la rubia inconsciente.
-Es una mujer fuerte, seguro que está bien.- Dijo este que conocía muy bien a Emma.
Al llegar al hospital Regina tuvo que quedarse fuera ya que estaba demasiado implicada y los nervios podían entorpecer el trabajo de los médicos. Regina paseaba por los pasillos como un león enjaulado, necesitaba saber que la rubia estaba bien y nadie parecía saber nada. Justo cuando estaba a punto de entrar en el box y preguntar qué estaba pasando el teléfono de Emma que un enfermero le había dado comenzó a sonar.
-Hola.- Dijo esta sin saber quién llamaba.
-Soy Ruby desde Granny's- Dijo la mujer algo nerviosa por la cantidad de llamadas que había tenido que hacer a su amiga.- ¿Regina?- Preguntó al darse cuenta que no era Emma la que contestaba.
-Sí, soy yo.- Dijo esta que esta aterrada.
-¿Por qué tienes el móvil de Emma?- Preguntó curiosa.
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Las apariencias engañan.
FanfictionRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...