-Está bien...- Regina disfruto del contacto.
-Empecemos con algo ligero...- Dijo Emma mientras animaba a Regina a comer algo más.- ¿Un lugar que te gustaría visitar?- Preguntó Emma con su seductora sonrisa.
-La Toscana , mi padre vivió algunos años allí cuando era joven.- Dijo Regina que había recordado que Danielle le había prometido llevarla cuando obtuviese el dichoso ascenso.
-¿Qué te pasa? ¿Por qué esos ojos tristes de nuevo?- Preguntó Emma que se había levantado y arrodillado a su lado para mirarla.
-No es nada...- Regina no quería arruinar el momento por lo que prefería no decirle nada.
-Regina... con el tiempo aprenderás que puedo leer a las personas, algo te ha sucedido pero respeto que no me lo quieras contar.- Emma no quería presionarla pero le dolía que le ocultase cosas.
-Danielle prometió que iríamos cuando obtuviera su ascenso.- Soltó Emma que vio como Emma se levantaba de su lado y se giraba mirando de nuevo al pueblo iluminado por las farolas. – Emma, lo siento. No quería decírtelo porque sabía que te haría daño.- Regina llegó a su lado y se puso hombro con hombro a mirar al frente.
-Has tenido una vida con ella y seguramente aun la tienes, es normal.- Emma dijo en voz muy baja, casi un susurro pero Regina lo oyó y sintió una punzada en el pecho.
-No te puedo prometer nada, siento muchas cosas por ti y sé que eres una gran mujer pero no puedo engañarte y no quiero hacerlo tal vez es mejor que te olvides de mi y que busques a una persona que no traiga tantos problemas a la espalda como yo.- Soltó Regina con gran tristeza en su voz.
-Yo no quiero a nadie más que no seas tú, pero tienes que aceptar que me dé un poco de celos escucharte hablar de tu...- Emma no supo cómo denominar a Danielle pero su frase intentó ser de lo más desenfadada.
-¿Estas celosa?- Preguntó Regina muy sorprendida por las palabras de Emma, nunca se imaginaba que eso fuese real.
-¿Sería muy raro decirte que un poco?- Preguntó Emma que seguí mirando al horizonte pero en ese momento cogió la mano.
-No lo sé... - Regina apretó la mano de Emma pero no sabía que sentir con la declaración que la rubia acababa de hacerle.
-Lo siento... no quería hacerte sentir incómoda. Pero es la verdad.- Emma soltó su mano y se apoyó con los codos en la barandilla dándole la espalda a la morena.- Me muero de celos cada vez que pienso que puedes elegirla a ella, que es ella la que te ha tenido cada día, la que puede besarte y disfrutar de ti.- Confesó la rubia en un tono muy suave.- Se que puede parecer irracional y una total locura, pero es lo que siento. Supongo que mi última relación tiene mucho que ver en eso.
-¿Qué paso?- Preguntó Regina bastante sorprendida por las palabras que sin querer se les había escapado a la rubia.
-¿En serio?- Preguntó aún dándole la espalda.- Te confieso que me muero de celos y tú solo me preguntas por mi última relación.
Regina guardó silencio, no sabía que decir ya que sabía que Emma tenía razón. La rubia confesándole que estaba celosa y todo lo que eso podía significar y en cambio ella le preguntaba por su ex.
-Me engañó.- Soltó Emma al ver que Regina no decía nada.- Yo estaba enamorada y no lo vi venir estaba demasiado ciega. Para mejorar el asunto no sólo me engaño sino que antes de irse se encargó de arruinarme la vida.
- Lo siento, esa mujer no te merecía.- Dijo Regina ya que lo pensaba realmente.- y creo que yo tampoco te merezco.- Agachó la cabeza y dejo escapar una lágrima.
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Las apariencias engañan.
Fiksi PenggemarRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...