Regina seguía sorprendida por las palabras de la rubia, no podía negar que estaba encantada con su nueva relación y que por Emma sentía muchas cosas pero aún no estaba preparada para eso, no podía decir unas palabras que significaban tanto sin realmente estar segura.
-Mírame.- Le dijo Emma que seguía sobre ella.- Preciosa, yo llevo en esta relación mucho más que tú, entiendo que no estés preparada. No tengo prisa, y quiero que cuando lo digas lo sientas de verdad así que no hay presiones simplemente necesitaba que lo supieses.- Confesó Emma sonriendo y besando los labios de la morena.
-Gracias.- Murmuró Regina escondiendo su cabeza en el hombro de la rubia.
-¿Sigue en píe esa ducha?- Preguntó Emma en tono pícaro.
-Claro que sí.- Soltó Regina sonriendo por la manera tan infantil que Emma tenía de solucionar los momentos de tensión que se generaban entre ambas.- Aunque este olor a vino me encanta.- Confesó Regina.
-A vino y a sexo.- Murmuró Emma mordiendo suavemente el cuello de la morena.
Regina soltó una carcajada y empujó a la rubia para poder salir de la cama. Emma se quedó tumbada en la cama mirando el cuerpo desnudo de la morena entrando en el baño, nada más escuchar el agua de la bañera la rubia saltó de la cama y entro en el baño. Regina estaba metida en la bañera llena de espumo y agua caliente.
Regina sonreía al ver a la rubia apoyada en la puerta mirándola sin moverse de donde estaba, Emma se quitó sus bragas y las dejo en el suelo para meterse en el agua. La rubia se metió en el agua y Regina la abrazó por detrás.
-Estas buenísima.- Dijo Emma acariciando las piernas de la morena mientras que se apoyaba sobre el cuerpo de la morena.
-Me encanta meterme en la bañera con agua caliente y mi gel de baño favorito, siempre que tengo un mal día lo hago.- Confesó Regina pasando sus manos llenas de gel por los hombros de la sheriff.
-Entonces a partir de ahora lo haremos todos los días.- Dijo Emma disfrutando de las caricias de la morena.
-Perfecto.- Regina beso el cuello de la rubia.
-Por cierto, mi nana nos preparara la cena esta noche.- Emma había llamado su nana para avisarle de que le iba a presentar a Regina.
-Así tenemos tiempos de dormir un poco.- Sonrió Regina.
-Sí, por favor...- Soltó Emma apoyando su espalda contra el cuerpo de la rubia y quedase en esa postura hasta que el agua se enfrió.
-Buenos noches, nana.- Dijo Emma invitando a Regina a entrar a la gran casa en la que vivía su nana y que Emma le había regalado.
-Hola, mi niña.- Dijo la mujer terminando de servir la cena.
-Esta es Regina.- Soltó Emma.- Regina esta es mi nana, Sarah.- Emma invitó a la morena a saludar a la mujer.
-Encantada.- Dijo Regina acercándose a la mujer tendiéndole la mano.
-Pero que guapa.- Soltó Sarah dándole dos besos a la morena que se quedó sorprendida por la efusividad de la anciana.
-Nana, no la asustes.- Rió Emma al ver la cara de susto de Regina.
-Perdón, me he pasado de efusividad.- Dijo Sarah mirando a las dos mujeres que se habían cogido de la mano. – Vamos a cenar, lo tengo todo preparado.
-Vale.- Emma se sentó en su sitio habitual presidiendo la mesa, Regina se sentó a la derecha y Sarah a la izquierda. - ¿Qué has preparado?- Preguntó Emma.
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Las apariencias engañan.
FanfictionRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...