-¡Emma!- Gritaba Regina.
-Relájate cariño. Aún falta un poco.- Decía la rubia cogiendo su mano fuerte y acariciando su pelo para intentar relajarla un poco.
-No aguanto más.- Dijo con lágrimas en los ojos por el dolor.
-Cariño, sólo queda un poco.- Repitió la rubia mirándola fijamente a los ojos.
-Empuje Regina. Ya está aquí.- Decía el médico.
-Eso decías...- Soltó un quejido de dolor antes de continuar.- hace una hora.- Terminó apretando aún más la mano de su mujer.
-Aquí esta.- Dijo el médico cogiendo en brazos al pequeño bebe.
-Es precioso, cariño.- Dijo Emma separándose un poco pero sin soltarle la mano para verlo.
-Emma, ¿Quiere cortar el cordón?- Le preguntó Whale señalando a una enfermera.
Emma sólo asintió con la cabeza y soltó lentamente la mano de Regina, la enfermera le indicó lo que debía hacer y su corazón casi explota de felicidad por ese simple gesto. La voz de Whale y un grito de Regina la saco de su ensoñación.
-Regina siga empujando.- La animó de nuevo el médico.
-No puedo más.- Gritó con todas sus fuerzas.
-Tranquila, Regina. Ya está aquí.- Dijo cogiendo al otro bebe en sus brazos y señalando a Emma para que repitiese el mismo proceso- Regina le presento a sus hijos.- El médico le dio un bebe a Regina y el otro a Emma.
-Son preciosos.- Dijo Regina dejando caer las lágrimas por sus mejillas.
-Claro que lo son.- Aseguró Emma dándole un beso en los labios a su exhausta mujer.- Son dignos hijos de su madre.- Emma simplemente le guiñó un ojo.
Regina se quedó mirando al niño que tenía en sus brazos mientras que Emma estaba ensimismada en el que ella abrazaba, era iguales y a la vez tan diferentes. Las dos lloraban de felicidad, pero fueron interrumpidas.
-Me los tengo que llevar.- Dijeron las enfermeras que estaba allí.- Os los llevaremos después de alistarlos.- Dijo una de ellas sonriendo.
-Claro. Sólo deme un segundo- Dijo Emma colocando al otro pequeño al lado de Regina que lo miraba y lo abrazaba.- Sonríe cariño.- Emma saco una foto de ese momento, Regina no estaba muy contenta por cómo salía en la foto pero Emma no podía resistirse a tener una instantánea tan perfecta como esa.
-¿Cómo se van a llamar?- Preguntó la enfermera con una pequeña muñequera para cada uno.
-Henry y James.- Dijo Regina señalando a cada uno de sus hijos.
Emma se giró y volvió a besarla, después de todo el tiempo que habían tenido que esperar para poder tenerlos ahora la felicidad se había apoderado de ella.
-Te amo.- Dijo Emma que no había dejado de llorar en ningún momento.
-Yo te amo más.- Aseguró Regina con una sonrisa.
Emma tuvo que salir del paritorio para que se encargaran de Regina y de los niños. La rubia se marchó a la habitación que le había sido asignada justo al llevar a la morena al hospital aunque no habían tenido tiempo a pasar por ella pues la pediatra paso directamente a la sala de parto.
Emma llegó a la habitación y se encontró con Mary Margaret y Ruby sentadas en uno de los sillones que allí había. Nada más entrar por la puerta las dos se lanzaron sobre ella para abrazarla y llenarlas de preguntas.
-¿Cómo esta?- Preguntó Mary.
-¿Y Regina?- Preguntó Ruby.- ¿Cuándo los traen?
-Tranquilas, estáis más nerviosas que yo.- Soltó haciendo que las se riesen.- Todo está bien, a Regina la traerán ahora y a los niños en media hora o así, tienes que hacerle algunas pruebas rutinarias además de lavarlos.- Dijo dejándose caer en el sofá, estaba mentalmente agotada.
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Las apariencias engañan.
FanfictionRegina Mills es trasladada al hospital de Storybrooke donde deberá trabajar durante un año, al llegar conocerá a la atractiva y poco convencional Emma Swan. Ambas son polos opuestos pero no podrán evitar sentirse atraídas por la otra. ¿Se quedara en...