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› Somos iguales ‹

Luego de haber producido una explosión en la sala de pociones, al fin había acabado el día y ahora Luz se encontraba contenta de probar sus nuevos guantes, según Belos, ella iniciaría sus clases en Hexide en una semana, no perdería nada debido a que no hacía mucho que habían empezado y estaría en las clases avanzadas con brujos de su edad.

—¿Lista para salir? - preguntó el emperador a su lado-

—Por supuesto - dijo poniéndose su máscara dorada -

El emperador se alejó de la puerta, Luz se montó en su bastón, aquel que Belos le regaló al cumplir los quince luego de haber demostrado ser merecedor de él, además de que le servía para controlar su magia y hacer hechizos aún más poderosos.

—Voy por ti mandrágora - dijo alzando vuelo para irse del lugar-

Su capa se movía con el viento, podía sentir la adrenalina correr por su cuerpo al volar tan alto, mediante su camino hacia acrobacias, incluso se llegaba a parar en el bastón y apreciaba la vista que le proporcionaba las islas, viendo a cada criatura y demonio que hablaba por el mercado.

—Esto es magnífico - dijo ahora acostándose en el bastón - me alegra poder salir al menos para cazar.

Mientras volaba por encima del bosque, escuchó un fuerte grito agudo que provocó que cayera desde lo alto y por suerte el bastón la atrapó.

—Ahhhh que demonios es eso - gritó tapándose los oídos-

Luego de un rato, el chillido terminó por lo que Luz decidió ir a investigar, tenía puestos sus guantes y en uno de los bolsillos que tenía, tuvo preparado varios glifos ya hechos.

—No entiendo como una mandrágora pudo haber casi comido a alguien, son pequeños y algunos adorable.

Una gota de saliva cayó en su hombro, la cual se limpió y dió un paso atrás encontrándose con su objetivo.

—Retiro lo dicho, tu debes ser la pequeña problemática, aunque pequeña no eres jeje

La mandrágora dió un gran grito agudo que puso de rodillas a la morena quien solo se tapaba los oídos del dolor.

—Caray - dijo poniéndose de pie-

La planta enorme se acercaba rápido a ella, pudo esquivar las ramas que traía y creyó que sería conveniente atacar con fuego ligero para no incendiar el bosque.

—¡Toma esto!

Chasqueó los dedos y de inmediato salió una gran brisa de fuego que incineró a la mandrágora, pero prendió el bosque.

—Oh no, ¿como era el hechizo de agua? - dijo viendo cómo el fuego se intensificaba-

Subió a su bastón y voló por encima del fuego, tomó un papel en blanco que tenía y dibujo un círculo junto con un par de líneas más, al presionar el papel empezó a caer agua de este, Luz empezó a dar vueltas con el bastón para apagar el fuego que por suerte no había avanzado tanto.

—Debería practicar más con estos guantes.

Luego se fue volando directo al castillo donde dejó el bastón en su lugar y fue camino a la sala del trono donde encontraría a Belos.

—¿Luz? - escuchó una voz adulta y femenina a su derecha-

—¡Dali! Me alegra verla, no la e visto en mucho tiempo - expresó alegre la castaña-

—Vaya que has crecido, estás como a mi altura.

—Y usted sigue teniendo esa cara de amargada - rió -

Justicia al TitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora