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› No fallaré ‹

Soy de una de las familias mas poderosas de las Islas Hirvientes, desde que tengo memoria, el peso de mi apellido a sido tan grande, y juntarme con gente de mi clase, soportar charlas largas de como debo comportarme, de como un Blight debe ser per...

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Soy de una de las familias mas poderosas de las Islas Hirvientes, desde que tengo memoria, el peso de mi apellido a sido tan grande, y juntarme con gente de mi clase, soportar charlas largas de como debo comportarme, de como un Blight debe ser perfecto en todos los sentidos de la palabra, ah sido el pan de cada día en la vida de mis hermanos... Y mía también.

Cuando cumplí mis diez años, era la Blight perfecta; una prodigio en la magia, estudiosa, una bruja hecha y derecha que no se equivoca, rodeada de brujos de mi clase. Desde hace mucho que conozco a Boscha, ella nunca deja de ser mimada y odiosa al respecto, por cumpla de mi debilidad perdí mi única amistad verdadera.

Un Blight no podía juntarse con brujas débiles e insignificantes...Madre siempre fue severa conmigo y con mis hermanos, aquellos que no cambiaban y solo eran una deshonra debido a su inmadurez, a ella le importaba mucho lo que dirían los demás de la familia.

Arta de su trato, quise huir de casa perdiéndome en la oscuridad del bosque, pero solo encontré algo mejor que eso, encontré una maestra.

—¡Hoot! Hola ¿quieres que te cuente cómo estuvo mi día?

Y aunque el pajarraco fuera estresante, una bruja de cabello alborotado y plateado abrió la puerta de repente con su palisman en mano.

—H-Hola

—Que hace una niña como tú por aquí, acaso...¿Te envió el emperador?

Sentía que la conocía, luego recordé, uno de los carteles de se busca en el mercado, allí estaba frente a mi la mayor fugitiva de las Islas, la bruja salvaje considerada un peligro extremo...Edalyn Clawthorne.

—E-Eres... - di pasos hacia atrás -

—Hooty atrapala

Aunque al principio le tenía un enorme miedo a lo que probablemente me haría, la confianza surgió luego de muchas visitas después. No me importaba que pensaran mis padres al amistarme con una criminal, no me importaba ya si madre me gritara y sometía a sus feromonas, con Eda siempre tenía un hogar junto con el pequeño King que tenía un grito adorable.

Me enseñó magia, me enseñó a ser fuerte y que no me importara si era Omega o no... Todos somos iguales.

—Creeme niña, algún día encontraras a alguien que trate a todos por igual.

—Solo en mis sueños.

—Como quieras - siguió tomando su bebida-

Era agradable aprender cosas nuevas y no tener que soportar el comportamiento de madre, a pesar de que últimamente llegaba de mal humor por su trabajo en el castillo.

Pero un día su actitud fue muy diferente a la acostumbrada, desconcertado a todos en la mesa. Fue la primera vez que la vi sonreír, era muy sincera se le notaba un desborde menor de cariño pero allí estaba plasmado en su rostro, papá estaba igual de sorprendido como si nunca hubiera visto sonreír a madre desde que la conoció

Justicia al TitánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora