28.- Lascivos

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El antro estaba lleno de gente joven bailando repegados aquí y allá, las luces eran bajas, iluminadas apenas por láseres neon

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El antro estaba lleno de gente joven bailando repegados aquí y allá, las luces eran bajas, iluminadas apenas por láseres neon.

El joven de 20 años apenas podía creer su suerte pues para ese momento bailaba con el que creía era el chico más guapo de todo el lugar, ya ni siquiera estaba seguro de dónde habían quedado sus amigos, aquellos que lo habían convencido de ir allí.

Lo había visto casi desde que llegaron, recargado en la barra con un vaso de cóctel rosado en la mano, sin embargo perdió la esperanza en cuanto lo vio acompañado por otro chico igual de guapo aunque más alto y musculoso contra el que probablemente no podía hacer nada. Sin embargo en un momento que se separó del resto para ir al baño el chico guapo de cabello largo lo interceptó para invitarlo a bailar, a lo que obviamente no se negó.

—¿Cuál es tu nombre? —le preguntó cuando el extrovertido chico rodeó su cuello con los brazos.

—Soy Heechul, ¿y cuál es tu nombre, bonito? —al hablar en su oído ocasionó que su cuerpo se estremeciera.

—So... Soy Yeonho.

—Es un placer, bonito Yeonho, gracias por bailar conmigo, —ronroneó el pelinegro, retorciéndose contra el tibio cuerpo contrario.

Cuando aquellos labios fríos labios se posaron sobre su piel el menor no pudo evitar temblar, aunque en lugar de alejarlo se abrazó más a él. De pronto una intensa sensación recorrió su cuerpo, por lo que tuvo que ahogar su gemido contra el hombro del mayor. Sentía que lo estaba besando, aunque la intensidad de la sensación no correspondía a aquella idea.

Antes de que pudiera terminar de entenderlo sintió una última caricia, luego de lo cual por fin Heechul se separara un poco de él. Se sorprendió por un momento pues no recordaba haber notado los pupilentes violeta que llevaba, aunque eso solo lo hacía verse más exótico.

—Ahora, bonito Yeonho, olvida lo que acabas de sentir y vuelve con los tuyos, —le dijo con una voz más gruesa que antes.

Yeonho lo miró confundido.

—¿Por qué habría de olvidarlo? Ha sido una de las sensaciones más intensas que he vivido nunca. ¿Qué fue lo que hiciste?

Heechul hizo un puchero algo gracioso con los labios, el menor iba a reir cuando una presencia tras él le detuvo, al voltear se vio atrapado en otro par de intensos ojos violetas. Se trataba del primer acompañante de Heechul.

—Olvida lo que acabas de sentir, —su voz grave entró directamente a su alma—, no nos des importancia y vuelve con los tuyos.

Yeonho cerró los ojos y sacudió la cabeza en un intento de despejar su mente de aquella invasión. Al volverlos a abrirlos no había rastro de ninguno de los dos, aun algo confundido volvió a la mesa donde sus seis amigos ya lo esperaban.

De vuelta a la barra, Siwon miraba divertido a Heechul pues aún estaba haciendo aquel gesto con sus labios.

—Deja ya eso, lo has hecho muy bien.

Servicio Feérico (SiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora