Servicio Feérico (SiChul)

7.- Lascivo

Heechul llego solo a casa de nuevo, luego del caos que se había ocasionado con las malteadas tuvo que volver para limpiarse, no sin antes asegurar a Hae que estaría muerto si seguía hablando del tema, lo cual bastó para silenciarlo.

Para ese punto se apresuraba con el baño pues sabía que de un momento a otro Siwon volvería a su casa para cerrar los puntos del trato. Para entonces el peliblanco estaba casi seguro de haber captado al menos la atención del inmortal así que estaba seguro que aceptaría.

Y lo esperaba, no solo porque Siwon parecía poseer la fuerza suficiente para defenderlo sino que, por las miradas que le había dedicado, parecía que no le gustaba su forma de ser. La primera noche, cuando acudió a cerrar sus heridas, por un momento había dudado pero ahora estaba seguro, no era del agrado de Siwon, lo cual era un buen eje para su trabajo, además de un reto divertido.

Al final salió con ropa más cómoda, un pantalón entallado color negro y una camisa blanca sin botones pero con una abertura hasta la mitad de su pecho lampiño. Apenas se estaba secando el cabello con una toalla cuando se topó de frente con Siwon, sentado plácidamente en su sala.

—Lamento si soy oportuno, —dijo el pelinegro con su pausada voz grave—, si lo deseas, volveré un poco más tarde.

Con satisfacción Heechul notó como la mirada contraria se movía un par de veces hacia su cuello y su pecho desnudos, claro que no le daría la oportunidad de escapar tan fácilmente.

—Está bien, no es necesario, en realidad ya acabé.

Dejó la toalla colgada en el respaldo de una silla antes de ir a sentarse cerca del otro, lo bastante cerca como para que su olor ahora fresco lo asaltara. Pudo darse cuenta de que, en efecto Siwon aspiraba profundamente, el saberse tentador solo ayudaba a mejorar su humor.

—Así que, mi galante Siwon, ¿a qué conclusión has llegado?

El pelinegro se quedó mirándolo algunos momentos, sus ojos habían adquirido la tonalidad violeta de su especie y no parecía hacer nada para evitarlo ahora que estaban solos.

—En realidad, lo que deseo es volver a mi tranquila morada, pero tampoco deseo simplemente marcharme. Mi propuesta es hacer el pacto mientras encuentras a alguien más que pueda hacerlo.

—¿En verdad crees que haya alguien más que pueda hacérmelo mejor que tú?

Siwon tragó duro ante el claro doble sentido en las palabras del peliblanco, luego negó casi imperceptiblemente con la cabeza. La risa cristalina de Heechul no se hizo esperar.

—No necesitas ruborizarte, me refiero que si crees que alguien pueda cuidarme mejor de lo que lo harías tú.

—Eso no lo sé, pero sí sé que quiero volver a mi tranquilidad y que contigo no podré hacerlo, así que ese es mi trato.

—De acuerdo, entonces será hasta que encuentre a alguien mejor para cuidarme, eso me parece bien.

La sonrisa del peliblanco instó a Siwon a replantear su plan, especificando más qué era lo que consideraba "alguien mejor", pues la ambigüedad solo alargaba su tiempo en presencia del tentador humano, sin embargo no tuvo tiempo de hacerlo pues para entonces Heechul le tendía un par de llaves.

Siwon se quedó mirándolas sin moverse, calculando las implicaciones de aceptar aquello.

—Tranquilo, al tenerlas yo no sabré los momentos en los que verdaderamente estés aquí o no. Además puedes cerrar la otra puerta si es que te quedas durante el día.

—No dormiré aquí, al menos no por el momento. Avísame cuando tengas una... visita, y yo vendré un poco antes, estaré atento como la otra noche.

—Es un poco aburrido pero me parece bien. Lo cual me recuerda que ya tengo cuál será nuestra palabra secreta.

Siwon se quedó mirándolo, en espera de la respuesta.

—La palabra será: "Tulipán" —Siwon lo miró con una ceja arqueada, a lo que Heechul comenzó a explicar, contabilizando los puntos con sus dedos—. En general me gustan las flores y creo que los tulipanes son perfectos para relacionarlos con ustedes.

Heechul se inclinó sobre la pequeña mesa que los separaba para tocar muy suavemente las partes que iba mencionando.

—Los tulipanes lilas siempre me recuerdan a sus ojos, los blancos a su piel suave y los más oscuros a su cabello. Y el plus está en su simbolismo.

—¿Qué representan? —Siwon cayó en la trampa, preguntando mientras veía directamente al humano.

Con movimientos felinos Heechul brincó la mesita para sentarse directamente en el regazo de un sorprendido Siwon.

—Simbolizan al amante perfecto —ronroneó casi contra sus labios.

Por algunos momentos Heechul sintió las manos del otro sujetas a su cintura, aunque aquello no significaba una victoria, con ese agarre podía o bien pegarlo a sí o bien alejarlo, le dejó a él la última opción... solo esta primera vez.

Siwon entreabrió los labios dejando escapar un ligero suspiro ante la cercanía del humano, era una tentación bastante fuerte ya que recordaba muy bien el sabor que había apenas probado la noche anterior, deseaba abrazar su cuerpo cálido y perderse en el dulce sabor que tan abiertamente le era ofrecido.

Pero no, no debía caer bajo el embrujo de aquel demonio con forma humana, si lo hacía terminaría adicto a su sabor y probablemente odiando a cualquiera que le pusiera una mano encima, siendo HyukJae el primero.

—Eres un íncubo —gruñó mientras alejaba a Heechul hasta que éste estuvo de pie.

Una parte de él esperaba que Heechul no desistiera, que volviera a insistir hasta que Siwon cayera y obtuviera su deliciosa sangre, su parte racional por el contrario esperaba que el humano entendiera y se alejara.

Afortunadamente para él ocurrió lo último, Heechul volvió a su sillón sin quitar la sonrisa de su rostro.

—Gracias, lo tomaré como un halago.

Comenzó a revisar algunas cosas en su celular, dando a Siwon la oportunidad de recuperar el control tanto de su cuerpo como de su mente, erradicando hasta la última imagen de Heechul bajo él entregándose y disfrutando de su mordida, gimiendo como lo había escuchado hacer con los otros dos.

—Muy bien, mi siguiente sesión es hasta dentro de dos noches, ¿estarás ahí?

—Ya te dije que sí —aseguró el pelinegro, levantándose para irse, aunque antes de hacerlo recordó una duda que le había surgido antes—. Heechul, ¿quién es Hangeng?

De nuevo notó la reacción adversa del humano ante la mención de ese nombre, al igual que lo había hecho cuando lo nombró Donghae.

—Era —reafirmó la palabra—, él ERA mi antiguo protector.

Se levantó para tomar la toalla, con la que salió de la habitación, negándole así la opción a Siwon de preguntar más.