3.- Lascivo

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No le tomó a Heechul más que un par de mensajes para tener una cita programada para aquella noche, tenía ya una reputación con ciertas criaturas que lo esperaban ansiosos

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No le tomó a Heechul más que un par de mensajes para tener una cita programada para aquella noche, tenía ya una reputación con ciertas criaturas que lo esperaban ansiosos.

En cuanto estuvo listo llevó a Siwon a su hogar, en realidad estaba bastante encantado con la criatura que Donghae le había recomendado, cuando éste le comentó que  sería de su gusto no pensó en qué tan bien lo conocía su amigo.

Pero así era, y en cuanto vio a aquella bella criatura intentando esconder sus músculos con un suéter blanco con cuello de tortuga y elegante saco azul marino, supo que era exactamente como le gustaba; más aún para la mirada severa que tenía. Había oído muchas veces de esas criaturas "castas" que se apegaban a las reglas demasiado al pie de la letra y que consideraban cualquier otro estilo de vida como "inmoral"; ya con esa referencia sabía que se iba a divertir mucho con este.

Utilizando su propio vehículo llegaron a las afueras de la ciudad, la casa era una elegante construcción de dos pisos con techo de dos aguas y balcones en la parte superior. Luego de estacionarse en el garage Heechul abrió la puerta principal, dio un paso en el interior y se volteó hacia Siwon.

—Puedes entrar, Siwon, siempre que se mantenga vigente mi invitación.

Por algunos momentos el mayor lo observó con una ceja levantada, sorprendido por la precisión en la invitación del humano, aunque él sólo contestó con la misma risa despreocupada que solía hacer.

—Te lo dije, suelo tratar con tu especie, así que sé bien los puntos que puedo tener a mi favor.

Entró a la casa, dándole confiadamente la espalda a Siwon quien solamente lo siguió. Entró al pequeño baño para invitados pero no cerró la puerta, así que la criatura pudo ver cómo se quitaba la peluca negra que llevaba puesta, revelando así el abundante cabello blanco que compartía con su especie.

De igual manera que pasó una toalla húmeda por la cara y el cuello, despejando un poco el olor de la colonia, al final cuando también se quitó los pupilentes oscuros, se demostró por completo su verdadera naturaleza.

—Ah, así está mejor, mucho más cómodo —dijo volviendo a su lado—. Anda, ven conmigo, te mostraré tu lugar.

Detrás de una de las puertas había una escalera que bajaba hasta un enorme sótano, dividido en tres estancias más por los muebles que por paredes completas.

Había una habitación, una sala de estar y un saloncito. El dormitorio estaba dominado por una enorme cama con dosel del cual colgaban gruesas cortinas de terciopelo azul marino. Heechul le fue mostrando las tres habitaciones, terminando con un pasadizo contrario al que habían utilizado para ingresar.

—Esto da directamente al jardín, por aquí puedes salir y entrar sin el mayor problema, en caso de aceptar te daría las llaves de las dos puertas.

Aún mientras Heechul hablaba Siwon se percató del extraño vacío que reinaba en aquel lugar, no había fotos o cuadros, los dos libreros de la sala estaban vacíos así como los armarios del dormitorio. Sin embargo podía percibirse muy levemente el olor, allí había vivido otra criatura hacía ya algo de tiempo.

—Aquí vivía tu antiguo guardaespaldas, —dedujo en voz alta, a lo que Heechul bufó en respuesta.

—Sí, pero ya no más, nunca más. Así que, si lo deseas, es tuyo.

—¿Qué le ocurrió?

—Dejémoslo en que murió, no importa nada más. —antes de que Siwon pudiera preguntar más Heechul se acercó a una de las paredes de la sala, mostrando una rejilla de ventilación—. Esto está conectado directamente al cuarto donde hago mis intercambios, de manera que fácilmente puedes escuchar lo que ocurre.

>El trabajo es sencillo, simplemente debes esperar aquí y, en caso de que escuches que algo se sale de control, subes a ayudarme. Pactaremos una palabra secreta que será tu señal para intervenir.

Antes de que pudiera continuar sonó el timbre, Siwon pudo percibir la presencia de dos criaturas con una edad algo más avanzada que la suya, aunque no percibía ninguna enemistad en ellos. Sabía que también podrían presentirlo a él así que ni siquiera se esforzó en ocultar su presencia.

—Bueno, supongo que por esta vez la palabra de seguridad será solo tu nombre. Ya después planearemos algo mejor. ¿Estás listo?

Sin mayor opción Siwon asintió, la sonrisa que le dedicó entonces el humano parecía tan sincera que estuvo a punto de llegar a su corazón, sin embargo no se confió, algo en Heechul le hacía creer que todo, desde sus sonrisas hasta sus modales, eran una máscara o, más específico, una armadura.

Sin mayor demora Heechul subió al primer piso para acudir ante sus invitados, en cuanto abrió la puerta se permitió disfrutar de cada uno con los ojos, sabiendo que en solo algunos minutos más estaría disfrutando de ellos con todo lo demás.

—Buenas noches, Leeteuk, KangIn, sean bienvenidos a mi casa sólo por esta noche.

El mayor y más delgado se acercó a Heechul para estrecharlo en un abrazo.

—Mi delicioso Heechul, es todo un placer poder volver a verte.

Heechul respondió con una risa antes de abrazar también a KangIn. Aquellos dos tenían una relación desde antes de que Heechul naciera y disfrutaban el tomarlo juntos, por su parte Heechul no tenía el menor inconveniente por compartirlos así.

Inició la marcha hasta el segundo piso, llegando a la habitación conectada con el sótano. Era un amplio cuarto dominado por la cama circular, a los lados había varios sillones incluido un "sillón del amor" que, aunque realmente no llegaba a utilizarlo al menos con sus clientes no-humanos, sí ayudaba con el aura erótica del lugar.

Ese ambiente era alimentado también por las luces bajas, las paredes de madera oscura y el incienso sutil y dulce que Heechul se apresuró a encender.

Volteó entonces hacia sus compañeros, sus clientes, quienes lo esperaban ya con los ojos violetas, brillando de hambre y anticipación. Por algunos momentos el humano se pasó la lengua por los labios antes de sonreír de medio lado.

—Muy bien chicos, podemos comenzar.

Servicio Feérico (SiChul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora