Los vampiros han vivido ocultos entre los humanos durante siglos, sin embargo su presencia a creado una mutación en estos últimos, los llamados "seres feéricos" pueden ser distinguidos por su cabello naturalmente blanco, y para la criatura su olor y...
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Entraron por fin a la casa, aun no estaba del todo seguro por qué pero había terminado decidido a cuidar del pequeño humano peliblanco.
Hasta hacía pocas horas había estado platicando tranquilamente con EunHyuk, no solo de su historia con Donghae, también habían tocado el tema de Heechul y su trabajo. Luego de un buen rato sin ninguna conclusión en específico, más allá de lo enamorado que estaba su amigo, EunHyuk le avisó que iría a recoger a Donghae y que el otro peliblanco estaba con él, así que accedió a acompañarlo.
El ver a Heechul en aquel estado fue curioso, aunque no podía dejar de despreciar los excesos, era lindo ver al peliblanco tan sonrojado y alegre, tampoco le pasó por alto el estudio que le hacía mientras conducía antes de que por fin se quedara dormido.
Al final terminaron por llegar a su cuarto, pudo notar de pronto que su mirada se oscurecía un momento. Volteó hacia donde él veía y encontró el pequeño florero que había dejado allí la noche anterior, la flor ya había comenzado a marchitarse al grado que algunos de los pétalos rosas habían caído sobre la madera.
—Pensé que te gustaban las flores, —preguntó al humano dúctil entre sus brazos.
—Es cierto, me gustan, solo pensaba en lo sencillo que se marchitan... pero eso es siempre, las flores se marchitan, las frutas pudren, y los humanos morimos.
—Pero es esa efimeridad la que los vuelve valiosos —susurró Siwon más bien para sí, sin embargo logró que la mirada del otro volviera a brillar con normalidad, más aún gracias al alcohol en sus venas.
—Tienes razón, aunque en este momento más que una fruta o una flor, soy un delicioso cóctel, algo así como una "media de seda".
Siwon sonrió medianamente por su ocurrencia, con la intención de dejarlo en la cama para que por fin pudiera dormir y procesar las sustancias en su sangre, sin embargo el humano parecía tener otros planes pues mantuvo sus brazos enredados en su cuello, por lo que cuando se inclinó para dejarlo terminó perdiendo el equilibrio y cayendo ambos en la cama.
Apenas tuvo tiempo de poner sus brazos para evitar aplastar a Heechul, quien por algunos momentos rió ante lo ocurrido, sin embargo cuando sus ojos claros se clavaron por fin en los violeta su risa se silenció, siendo usurpada por un suspiro anhelante..
—Anda, mi galante Siwonie, ¿por qué no depuras esta copa que te es ofrecida? —ronroneó Heechul antes de lanzarse a por sus labios.
Abrazado como estaba por él e impedido por la sorpresa, hubo poco que Siwon pudiera hacer contra aquel beso, que más bien se dedicó a disfrutar. Los labios tibios y a todas luces más experimentados que los suyos hacían maravillas en su cuerpo, para cuando Heechul logró por fin que su lengua pasara la barrera de los dientes, un gruñido bajo escapó del cuerpo del pelinegro.
Sintió el cuerpo cálido de Heechul pegarse al suyo, acomodándose como si fueran piezas de algún rompecabezas, sus brazos lo rodeaban con fuerza sin intención de soltarlo pronto. En general todo su ser estaba siendo abatido por suaves oleadas de calor que correspondían céntricamente con cada movimiento de los labios contrarios.
