❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞
❥ fantasía au
❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué
❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen
AVISO, GENTE
este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...
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Sorprendido como estaba, a Jisung ni siquiera le importó que Minho lo empujara fuera de su regazo.
Desde el suelo, tomó a Chan de la pernera de su pantalón y gritó:
— ¡¿Qué?!
El tono super agudo de su voz hizo que Chan arrugara la nariz. Alejó a Jisung con un sutil golpecito en el dorso de la mano y lo ayudó a ponerse de pie.
En la hamaca, con los brazos aún extendidos hacia el lugar donde tiró a Jisung, Minho tembló. Parpadeaba con mucha frecuencia para pasar como alguien tranquilo.
— Pero... p-pero ¿se puede hacer eso?
— Jeongin cree que sí— dijo Chan, al mismo tiempo que Jeongin lo señalaba a él.
— Patrañas, nunca dije eso. ¡Tú eras el que lo creía!
— ¡Lo hago! Pero sabes cómo funciona: si sale mal es tu culpa.
— Pff, cobarde. Te falta espíritu cabrío. Yo digo que lo intentemos, y si explota diré que fuiste tú.
— ¡Lo que sea!— Chan volteó hacia el rostro paliducho de Minho y le mostró una sonrisa—. No te aflijas. Yo creé a los humanos, técnicamente debería ser capaz de convertirte en uno con un poco de concentración. El niño cabra me dará una mano.
Minho se tambaleó, casi perdiendo el equilibrio sobre su asiento provisorio. Se veía enfermo y asustado. Jisung temió que fuera a vomitar; eso los coronaría como la pareja del año, tal vez.
— N-ninguno de los dos está seguro— dijo entonces, con una voz más aguda de lo normal—. ¿Y si me pasa algo?
Jisung jadeó.
— ¿Eso significa que quieres?
— Bueno...— Minho desvío la mirada. Sus mejillas se ponían rojas—. Siempre sentí que el Infierno no era para mí, y esa atracción que sentía por el mundo humano... tal vez era un vistazo del futuro, ¿no? No hay mucho para mí allá. Tenía sólo dos amigos, y resulta que uno de ellos es Dios.
Chan miró a Jeongin con aires de orgullo, como diciendo "mira, habla de mí". Minho se encogió de hombros, fingiendo poca importancia, y siguió hablando.
— Entre un mundo que nunca quise y el lugar de mis sueños donde además vive el chico que amo... Rayos, es una decisión taaaan difícil.
Viendo las orejas de Minho poniéndose rojas, su mueca avergonzada que resaltaba los colmillos tras sus labios, Jisung se encogió de la ternura.
— Oh, Minho, yo también te am-
— ¡Ahora sí!— Jeongin comenzó a aplaudir, interrumpiéndolo sin escrúpulos—. Con el permiso concedido, propongo que comencemos a experimentar.
