❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞
❥ fantasía au
❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué
❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen
AVISO, GENTE
este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...
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Parecía haber tenido pocas horas de sueño cuando se escuchó el grito.
— ¡Familia, ya estamos en un nuevo día! Bueno, eso creo, no estoy muy seguro.
Jisung despertó con un sobresalto. Las voces de Matthew y Felix canturreaban fuera del cuarto, demasiado animadas para apenas ser de mañana. Jisung vio a través de la maraña de pelos de Minho, aún recostado encima suyo, el punto dorado y brillante que iluminaba todo desde su lugar en el cielo de la Isla. Era lo único que evidenciaba el comienzo de otro día.
— No, nooo— Minho gimoteó con la cara oculta en su pecho—. Estaba soñando algo grandioso.
Jisung alzó una ceja. Sin darse cuenta, había empezado a peinar la cabellera enredada de Minho con sus dedos.
— Creí que ustedes no soñaban.
— ¡Por eso!— exclamó en respuesta. Parecía a punto de patalear como un bebé—. Sólo sueño cuando duermo contigo, no es justo.
— ¿De verdad?— Jisung sonrió, de golpe muy animado—. ¿Eso tiene sentido o es otro de tus coqueteos?
Minho chasqueó la lengua.
— Es muy temprano para coqueteos. De verdad verdadera, tú me haces soñar.
— Mmh, ya... ¿seguro que no es un coqueteo?
En respuesta, Minho subió sobre su cuerpo y lo besó. Jisung tuvo problemas para corresponderle en un primer momento, la sorpresa, la adrenalina y el goce le hicieron recordar que ya no había futuro para lo suyo con Minho -aunque debía haber comenzando a sospechar con eso de que venían de realidades diferentes. Minho pasó una mano tras su nuca con la intención de volver el beso más profundo, pero antes de lo esperado un sonido similar a un sollozo lo interrumpió. Se separaron, y Minho lo miró confundido.
— ... ¿eso fue un gemido?
— ¡No!— Jisung tomó una de las almohadas y lo golpeó con ella—. Eres un... ¡degenerado! ¡Ya está, renuncio, me voy de aquí!
— Woooha, espera, espera.
Minho lo sostuvo del brazo a mitad de su valiente escapada. Jisung hacía lo posible para evitar sus ojos.
— Oye, ¿qué pasó? Hueles triste.
— No es nada, no es nada— contestó. No iba a ponerse llorar frente a Minho; entre los dos, Jisung no era precisamente el llorón—. Sólo fue un reflejo humano porque, eh, no te cepillaste los dientes. Si me insistes se hará peor.
— Uh, claro— Minho dejó una caricia sobre su piel antes de soltarlo—. ¿Seguro que es eso?
Jisung lo miró de frente. Aún después de todas sus caricias y desenredos, el cabello hiper lacio de Minho se levantaba por todas partes sin orden coherente. El filo de sus colmillos sobresalía entre los labios rojos. La respiración de Jisung se volvió irregular y el nudo en su garganta tomó más peso.
