DEMON LINE ❍

#０６

— Núm-

— ¡Me desbloqueaste! ¡Me desbloqueaste, lo hiciste! ¡Me desbloqueaste!

— Jisung, por favor, ni siquiera me dejaste hablar como para que reconozcas mi voz. ¿Entiendes que corres peligro?

— ... ¿qué tipo de peligro?

— Cualquiera de nosotros tiene poder suficiente para hacer contigo lo que queramos si te consideramos una molestia.

— ¿Me matarían sólo porque tienen el poder de hacerlo?

— Exacto.

— Es desalmado, y cruel, y...

— Es el Infierno, Jisung. Esas cosas no son raras aquí.

— ...

— ¿Jisung?

— ¡Ya tengo tu nombre!

— Oh, volviste a ser el de siempre.

— ¿Cómo es "ser el de siempre"?

— Ruidoso, escandaloso, molesto, in-

— Ya entendí. ¿Quieres saber tu nombre o no?

— Ahora que lo dices...

— ¡Es el mejor nombre de la historia!

— ¿La tuya o la mía?

— ¡Céntrate!

— ¡Tú eres el que no ha dicho el maldito nombre!

— ¡No me grites!

— ¡Gritaré lo que quiera!

— ...

— ¿Ah...?

— Mi mamá me regañó por gritar.

— Te lo dije.

— No lo hiciste.

— Sólo di el nombre, ¿quieres?

— ¡S-sí! ¡Es fantástico! ¡Es sublime! ¡Es precioso! ¡Es...!

— ¿Es...?

— Minho.

— ...

— ...

— ... ¿Mi... nho?

— Uh, sí. Minho.

— Es... es el nombre más corto e insulso que he oído.

— Pega bien contigo.

— Eres insoportable.

— ¡Pero en serio! Minho es un nombre muy bonito.

— Uy, sí, increíble. ¿Cómo se te ocurrió?

— Así se llamaba el perro de mi abuela.

— Bueno, es mejor de lo que esperaba. Pensé que me pondrías un nombre horrible como Pancracio, Edgardo o... Changbin.

— Edgardo estaba entre mis opciones.

— No me pagan por tolerarte.

— ¡Oh! ¿Te pagan? ¿Con qué tipo de moneda? ¿En qué las gastas luego?

— Drakmas. Y no hay muchas cosas en qué gastarlas aquí, todo se relaciona al pecado, en su mayoría. Apuestas, excesos, drogas, prostitutas, cupcakes...

— ¿Cupcakes?

— Oh, Jisung, son la cosa más maravillosa de la existencia. Mi paga de tres días alcanza para uno, son como oro aquí.

— Los hago todas las semanas.

— ¿E-en serio?

— Síp. Si el correo llegara al Inframundo te enviaría una caja.

— Lo hace.

— ¿Eh?

— El correo llega. Con cierta paga y clave, pero llega.

— ¿Quieres decir que puedo enviarte cosas?

— No cosas; cupcakes. Sólo aprieta el seis cuando la operadora te lo diga, yo me encargo de la paga.

— Yo... ¿realmente voy a enviar algo al Infierno?

— Sí, ¿qué es tan raro?

— ¿Puedo enviarme a mí?

— No te salgas del tema.

— Al menos lo intenté.

— Sí, bueno...

— ¿Vas a colgarme?

— No, tonto. Sólo disimulo, Cinco acaba de pasar y es un chismoso.

— Oh, entonces no quiero meterte en problemas. ¿Hasta mañana?

— Hasta mañana, Jisung.

— ¡Adiós!

— Bienvenido...