— Ho-
— Miiiiiiiiinhoooooooooooooo.
— Jiiiiiiiiiiiiiisuuuuuuuung.
— ¿Cómo estás? ¿Lograste resolver la cosa super urgente?
— Eh, algo así.
— ¿Me dirás qué es?
— No creo que lo comprendas. Cosas del inframundo y eso.
— Entiendo.
— Ajá.
— ¿Sabes? Tengo más preguntas hoy, un poco más personales. No sé mucho sobre ti. ¿Me dejas?
— No veo porqué no.
— Entonces... ¿cómo eres?
— ¿Cómo... soy? ¿No te lo dije ya?
— Nonono, me refiero a cómo eres físicamente. Para tener una imagen en qué pensar cuando te oigo.
— Pues soy... ¿cómo soy? Bien, soy el más guapo aquí y ten eso por seguro.
— ¡Dame detalles! Color de ojos, pelo, altura, peso, ropa, ¡no sé!
— Te estás poniendo berrinchudo otra vez.
— ¡Minho!
— Ugh, okay. Pues tengo los ojos negros y el pelo negro, nada muy singular. No sé mi peso ni mi altura. Pero, en serio, jamás has visto alguien así de atractivo.
— Parece que te quieres.
— ¿Por qué no lo haría? Soy fuerte, guapo, listo y hago bien mi trabajo.
— Woha, señor perfecto, le recuerdo que justo ahora está hablando con un humano en una línea que es estrictamente prohibida para los humanos.
— Pues si lo pones así... tal vez debería volver a bloquearte.
— ¡Era broma, era broma! No me bloquees de nuevo...
—Aw, ¿tan importante soy para ti, Sung?
— ¿S-sung?
— Los humanos hacen eso con los nombres, ¿no? Darse apodos para generar confianza.
— U-uh...
— Una vez atendí la llamada de un demonio en la Tierra que le decía a su novio Channie o algo así, me explicó que era un apodo cariñoso.
— Lo son, s-sí.
— ¿Y bien? ¿Alguna otra pregunta?
— Eh... tenía una... ¡Ah, claro! ¿Qué tal tus amigos? ¿Me hablarías de ellos?
— No tengo amigos. Pienso irme en poco, ¿recuerdas? Y aquí sólo mantengo contacto con mi camada. Veintiuno es un tipo genial, siempre me presta su casa cuando me llevo diablitas del hotel para-
— No quiero saber para qué gracias.
— Tú te lo pierdes.
— ¿Y los demás?
— Veinte es buena onda, pero se junta mucho con Quince y Siete, que no lo son tanto. También tengo a Tres, él es bueno guardando secretos. Y Nueve es bastante divertida cuando quiere.
— Pero no son tus amigos.
— Lo más cercano a un amigo que he tenido este siglo fue una arpía sin hogar que visitaba mi ventana todos los días.
— Oh, eso es lindo.
— Y era buena en la cama.
— Lo arruinaste.
— ¿Qué? Si quitabas las alas, garras y todas las plumas, tenía un cuerpo bastante bonito.
— Minho, vamos, debe haber algo en tu cabeza además de sexo y mucho autoestima.
— Mmh, cupcakes.
— Te enviaré una caja junto con la carta. Pero tengo una pregunta más antes.
— Dispara.
— ¿Por qué continuaste atendiendo mis llamadas?
— Ah...
— ¿Ah?
— Es una buena pregunta.
— ¿Y la respuesta?
— No lo sé con exactitud, supongo que es porque eres el primer humano con el que me relaciono y... tu especie me interesa.
— ¿Por qué?
— Fuimos creados como una burla hacia ustedes. Llama mi atención.
— Oh, gracias.
— No agradezcas. Ahora, hablemos de los cupcakes.
— Eres increí- ¿Ah? ¿Ahora?
— ¿Qué?
— N-no, es mamá... ¿tiene que ser justo ahora? No sé con quién hablas, pero sino sueltas ese telé-
— Creo que tienes problemas.
— Un poco, sí. ¡Han Jisung, no me ignores! ¡Mamá!
— De acuerdo, Sung. Te dejo con eso. Adiós.
— A-ah, adiós Minho...
— Bienvenido a...
— ¡¿Quién es ese tal Minho, Jisung?!
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DEMON LINE ❍
Fanfiction❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞ ❥ fantasía au ❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué ❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen AVISO, GENTE este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...