DEMON LINE ❍

epílogo

— Hola, Sunggie.

— ¿Eres idiota o te haces?

— Oye, cuidado con esa boquita.

— Ciididi cin isi biquiti.

— ¿Por qué tan molesto? ¿Hyunjin te dijo que bailas mal otra vez?

— Él es otro idiota, pero no el idiota que me molesta justo ahora.

— Supongo que el idiota que te molesta soy yo.

— Correcto. ¿No te parece que estás olvidando algo, bebé?

— ¿Algo...? Uh, no. ¿Lo hice?

— No lo sé, tú dime.

— Algo, algo... Uhm, no puede ser nuestro aniversario. Es en julio.

— Estamos en julio, Minho.

— Pero hoy no es nuestro aniversario... ¿verdad?

— No, Minho, no es nuestro aniversario. Si lo fuera y lo hubieras olvidado, ya no tendrías un novio con quien festejar.

— ¿Entonces qué es?

— ¿Qué hiciste hoy?

— ¿Yo? Nada. Me levanté a las siete, fui a trabajar, hablé con tu mamá por teléfono... Por cierto, dijo que vayamos el fin de semana a almorzar.

— Bien. ¿Qué hiciste luego?

— Volví al departamento, y ahora estoy estudiando. ¿Por qué? ¿Qué olvidé?

— ¿Qué pasó el domingo, bebé?

— Fuimos al palacio de Jeongin, tuviste una reunión con él y Chan.

— Ajá, ¿y luego?

— Volvimos a casa.

— ¿Y qué pasó en casa?

— ¿Hablas de cuando te pusiste el disfraz de diablito y te tiré en la cam-

— ¡Minho! No eso, ¡lo que pasó después!

— Ah... Estuviste en el escritorio por horas terminando un informe, ¿no?

— ¿Y entonces qué pasó?

— Yo... y-yo, eh, tiré jugo sobre las hojas por accidente.

— Correcto, ¿y qué hiciste?

— Te pedí perdón...

— ¿Cómo?

— ...

— ¿Minho?

— Te invité a una cita.

— Exacto. ¿Recuerdas cuándo?