— Nú-
— ¡Minho!
— Jisung, qué tal.
— ¿El paquete llegó?
— Lo hizo, sí. Y te luciste.
— ¿Verdad que sí? Los cupcakes son de mis especialidades.
— Estaban deliciosos, realmente. Ya me los comí.
— Era una caja entera.
— Sí. Me los comí.
— Veinte cupcakes.
— Claro, riquísimos, todos en mi estómago.
— Te los mandé ayer.
— Por supuesto.
— Tú... ah, olvídalo. ¿Y qué tal el otro regalo? ¿Te gustó?
— No lo entiendo.
— ¿No...?
— Es... complejo. Por la forma supongo que va en la muñeca, pero no sé qué hacer con los números.
— ¡Son las horas! Mira, cuando la aguja más corta esté en el diez y la más larga en el seis, yo te llamaré. ¡Es para que sepas cuándo aparezco!
— ¿En... verdad? Wow, Jisung. Eso es lindo.
— ¿Acaso un hijo de la bestia uso el término "lindo" para referirse a mi regalo?
— Ya te tardabas en volver a ser tú.
— ¡Ah, Minho! ¡No sabes lo que descubrí!
— Sorpréndeme.
— Ayer no pude llamarte porque estuve todo el día en casa de Felix, ¡y resulta que su abuela es como una bruja! Cura enfermos y hace hechizos, ella le dio el número. ¿Sabes lo mejor? ¡Puede que Felix haya heredado ese poder! ¡Él también sería un brujo!
— ¿Y estás feliz por eso?
— A mí me encantaría ser un brujo.
— No son la gran cosa.
— ¿Tú dices?
— Claro, cualquiera puede curar y hacer hechizos. Es una carrera de medio siglo.
— ¡Minho! ¡Eso me recuerda! ¿Qué estás estudiando? Dijiste que ibas a la Academia, aunque no estoy muy seguro de qué sea eso.
— Ah, ¿eso? Actualmente estudio turismo infernal, más que nada para tener un empleo estable luego de dejar esta porquería de trabajo. Pienso seguir con historia del Averno y tal vez una licenciatura en criaturas mágicas.
— Se oyen como las carreras más maravillosas que podrían existir. ¿Cuánto falta para que te recibas?
— Estipulo unas... cincuenta y siete vueltas del sol a la Isla de los Eternos.
— Cincuenta... ¡esos son dos meses! Estás muy cerca, Minho. ¿Y qué tipo de trabajo tendrás con un título en turismo infernal?
— No lo sé, pero pretendo dejar esta región inmunda para irme a vivir a Núcleo. Podría ser contratado por Satanás, eso sería cool. O tal vez me hagan visitar la Tie-
— Espera. ¿Qué es Núcleo?
— Es la región que rodea el palacio del Diablo. Ahí se vive la mejor vida.
— ¿Vivirás allá? Cool.
— Eso espero. Necesito ganarme un nombre, pero eso no me asusta.
— ¿Ganarte un... nombre? Espera, ¿qué es eso?
— Pues si quiero vivir en Núcleo debo despojarme de mi número, y para eso tengo que luchar con un representante de mi camada, ganar y reclamar un nombre. Es poco común que los hijos de la Bestia logren hacerlo, pero soy más fuerte que cualquiera de esos demonios buenos para nada.
— Wow... eres increíble, Minho.
— Aunque veo que tú ya me elegiste un nombre.
— Quédatelo, es todo tuyo. El perro de mi abuela está muerto. ¡Hey, tal vez esté por ahí!
— Nah, los animales no vienen aquí, sólo desaparecen. Son creación.
— ¿De qué demonios me estás hablando?
— Ups.
— ¡¿Dices que el cielo de los perritos no existe?!
— El cielo en su totalidad no existe.
— Significa que Minho sólo... ¿se esfumó?
— ¿No que yo era Minho?
— Diablos, ¿debería contarle a Felix? No, su hámster murió el mes pasado y aún no lo supera.
— Tranquilo. Si te sirve de consuelo ellos ya no sienten dolor. Ni nada, realmente.
— ¡Es terrible! Minho era un gran chico...
— Oyeeee, Minho está aquííííí.
— Creo que jamás superaré esto.
— ¿Oh? Jisung, creo que tengo que irme.
— ¿Ya? Hablamos poco...
— Es algo urgente.
— Uh, entiendo.
— Adiós Jisung, envía más cupcakes cuando quieras.
— Adiós Minho.
— Bienvenido...
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DEMON LINE ❍
Fanfiction❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞ ❥ fantasía au ❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué ❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen AVISO, GENTE este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...