DEMON LINE ❍

#０８

— ... ¿Hola?

— ¡Minho! ¿Adivina qué?

— ¿Por qué no llamaste ayer?

— Ah... salí de paseo con un amigo y lo olvidé. Lo siento.

— No, está bien. Sólo fue raro.

— ¿Raro?

— El día se sintió algo vacío, es todo.

— O-oh, ya veo. Uh...

— ¿Qué querías que adivine?

— ¡Cierto! ¡Se me ocurrió una idea genial!

— ¿De qué tipo?

— Enviarte una carta por esto del correo infernal. ¡Está la opción! Apretas el seis, luego un cuatro, luego otro cuatro, luego un uno y luego un nueve. Puedo pagar con mi dinero, sólo necesito tu dirección.

— ¿Gastarías dinero en eso?

— No es mucho realmente. Y es un poco más seguro que las llamadas, ¿no? No te meterían en problemas.

— El que corre peligro con estas llamadas eres tú, Jisung, no yo. Pero supongo que es una buena idea.

— ¿Lo crees?

— Mhm. Y podrías adjuntar algún otro regalo, sólo digo...

— ¡Más cupcakes! Y otras cosas, ¡tengo muchas ideas!

— Eres como que muy efusivo, ¿siempre te comportas así?

— ¿Eh? Creo que sí, ¿es algo malo?

— Nah, sólo... es algo muy Jisung.

— ¿Muy Jisung? Oh.

— Sí.

— Uh, Minho, ¿me darías tu dirección? P-para enviarte el regalo...

— Ah, sí. Región be-

— ¡Espera, espera, no tengo papel!

— Fantástico, eres como un bebé monstruo. ¿Listo ya?

— Síp. Escupe.

— Región bestia, apartamento 1509 del anexo al edificio Gama, a orillas del río de los condenados.

— ¿Tanto?

— El Inframundo es enorme, Jisung. El correo tardaría días en llegar.

— ¿Me repites lo último?

— Apartamento 1509, ¿entiendes? Uno, cinco, cer-

— ¡No soy un niño! ¡Comprendí!

— Pero si eres todo un berrinchudo.

— Minhooooooooooo.

— Agh, ¡bien! Anexo al edificio Gama, a orillas del río de los condenados. ¿Feliz?

— Sí. Ya terminé. ¿Qué clase de río es ese?

— Donde las almas en pena pasan los días de calor.

— ... ¿De verdad?

— Nah. Si te metes, el río te chupa y jamás te deja ir. Lo usan para torturas y esas cosas.

— Qué pintoresco. Un lugar perfecto para el turismo.

— ¿Esa podredumbre? Deberías visitar los Campos Terrenales entonces. Son un gran paisaje, con la gente muerta caminando y todo.

— Era sarcasmo. ¿Qué son los Campos Terrenales?

— A donde va la gente promedio, ni muy buena ni muy mala. Pierden la memoria y sólo caminan, como idiotas, pero al menos no sufren.

— ¿Estudiaste todo eso para turismo infernal?

— ¿Qué? No, cualquier tonto lo sabe. En turismo estudio las regiones deshabitadas del desierto del olvido, las relaciones comerciales entre la Isla y Núcleo o... no sé, esas cosas. Ayer hice un ensayo sobre el goce paradisíaco de las playas del río Eterno. Todo un lujo.

— Definitivamente debo visitar ese lugar algún día. No puedo esperar hasta morir.

— Yo jamás he ido a la Tierra y no me quejo.

— ¿En serio?

— Y yo no puedo morir.

— ¡Significa que no conoces nada de aquí!

— Un poco, lo que dicen en las llamadas. Sé que tienen ríos a los que no puedes verle la otra orilla, y muchos árboles y animales.

— ¡Ese es el mar! ¿Quieres que te cuente de mi hogar como tú me cuentas del tuyo?

— Tal vez... tal vez me ayude para la Academia.

— Listo, lo anotaré.

— Será la próxima, entonces. Debo colgarte.

— ¿Sigues con ese algo urgente?

— Uh, puede ser.

— De acuerdo...

— Adiós, Jisung.

— ...

— Bienvenido a...

— Ay, Minho...