DEMON LINE ❍

hell, visit iii

Desde los nueve hasta los doce años, Jisung vivió en Malasia con sus tíos abuelos. Durante las vacaciones de verano iban de excursión por todos los pueblitos aledaños en búsqueda de entradas a la selva más desconocida, viajes de horas que requerían entrenamiento de acampado y supervivencia al aire libre. Así, Jisung descubrió dos cosas: que amaba la naturaleza y que caerse en un arroyo con un cocodrilo cerca no era lindo. Además, en una de esas excursiones aventureras, una niña lo besó.

Pero besar a Minho no se sentía para nada como el beso de esa niña.

Jisung creyó que su cerebro se le escurría por las orejas, dejó de respirar y el corazón saltó disparado dentro de su pecho. La niña en Malasia había sido brusca y muy babosa, pero Minho... Bueno, esa comparación no era muy justa que digamos. Los labios de Minho estaban calientes y lo chocó con la nariz -Minho tenía una nariz muy bonita. Sus colmillos amenazaban con rasgar la cara externa de sus labios, aunque eso se sintió extrañamente bien. Besar a Minho no tenía comparación con nada. Jisung estaba muerto, no existía otra explicación.

Todo eso pasó por su mente en un segundo, que fue lo que Minho tardó en tomarlo de los brazos y alejarlo de él. Sus manos quemaban por encima de la ropa de Jisung, lo que habría sido una hermosa metáfora de cuánto le afectaba físicamente todo lo relacionado con Minho de no ser porque, bueno, lo estaba quemando de verdad.

Minho rio, Jisung juraría que nervioso, y apartó ambas manos. Las frotó sobre su ropa como si hubiera alguna llama que apagar.

— Lo siento— murmuró. Jisung balbuceó algo que debía sonar como un "no pasa nada" pero se oyó más similar a un "mmmjm" muy poco genial.

Minho seguía estando cerca suyo, pero no parecía tener intenciones de besarlo otra vez (rayos). Él miró sobre su hombro y frunció el ceño. A juzgar por su cara de confusión, Jisung apostaba a que vio el metro y medio de autoridad de Alexa. Eso, o Matthew se estaba hurgando la nariz otra vez.

 — ¿Qué hacen aquí?— preguntó. No fue una pregunta del tipo "¿qué están haciendo en el infierno si son terrícolas? ¿perdieron la cabeza?"; sino más bien sonando a "oh, vinieron a mi apartamento, ¿a qué se debe su visita? ¿quieren un té?". Minho no estaba molesto ni sorprendido. Se oía resignado.

Jisung supuso que esperaba su llegada desde que lo avisó por teléfono, sin embargo él no sabía del arribo de los otros cuatro. Jisung se preguntó si era muy tarde para advertirle que podría sufrir lesiones leves en su cuerpo si Alexa lo atrapaba viendo a Felix por más de tres segundos.

Afortunadamente no tuvo que ser el primero en hablar.

— Hey, Minho, ¿no hay un beso para mí?— saludó BM. Dejó un par de palmadas en su hombro y se hizo paso en su apartamento como si estuviera en su propia casa. Minho soltó una risa nerviosa y se alejó. Jisung hizo una nota mental para golpear a BM luego.

— Supongo que él es tu ángel— dijo Minho. Aunque su voz fue baja, BM logró oírlo.

— Sí, ese soy yo. Oye, ¿cuál será mi cuarto?