— ¿Aló?
— Estoy castigado y sin teléfono.
— ¿Castigado? ¿Cómo?
— Mamá. Dijo que paso mucho tiempo con el teléfono y bla, bla, bla. ¡Estoy en la calle otra vez! Y hace frío.
— ¿Tu mamá te quitó el teléfono?
— Seh.
— ¿Puede hacer eso?
— Claro, es mi ma- Ah, tú no tienes mamá.
— Por lo que me dices, agradezco no tenerla.
— No es siempre así, de veras. Ella es algo intensa y sobreprotectora, pero es mi mamá. No sé qué haré cuando ya no esté.
— La quieres mucho, ¿no?
— Ojalá fuera eterna. Y mi abuela. Y mis gatos.
— ¿Gatos? ¿Qué son eso?
— ¿No conoces a los gatos?
— ¿Son animales? Porque no conozco muchos animales. Sólo los perros, porque se parecen a Cerbero. Y las cabras. A Satanás le gusta disfrazarse de cabra.
— Los gatos son felinos pequeños, mascotas como lo perros. Tienen el pelo muy suavecito y se mueven sin hacer ruido, ¡se creen los dueños del mundo! Tienen bigotes, ojos raros, y ronronean. Se ven como ángeles pero viven haciendo desorden. Y tienen garras. Juraría que son demonios.
— Deben ser los seres más insoportables del mundo.
— Nah, una vez los ves de cerca, te enamoras. Yo tengo dos.
— ¿Viven contigo?
— Síp. Mikasa vive con nosotros desde pequeña, y rescaté a Deku del árbol de mi entrada cuando unos perros lo perseguían. ¿Tienen árboles allá?
— Algunos, pero apuesto a que en la Tierra no existen. ¿Y qué clase de nombres le pusiste a tus mascotas?
— Déjame, me gusta el animé. Gracias a Dios no sabes lo que es.
— Sí lo sé.
— Maldita sea.
— Veintiuno me regaló un CD de Tokyo Ghoul cuando me admitieron en la Academia. Es bastante bueno.
— ¿Verdad que sí? No me esperaba que tuvieran CD's en el infierno.
— ¿Qué crees que hago en mi tiempo libre?
— Buen punto, ¿y qué cosas ves?
— Películas, series... más que nada producciones de aquí. Hay que pagar mucho en los mercados si quieres una película hecha en la Tierra.
— ¿Significa que nunca has visto una película de aquí?
— No, una vez vi Avatar.
— Amo esa película. Te enviaré todos mis favoritos del cine junto con la carta.
— Ah, la carta. ¿Voy a tener que responderla?
— Como quieras.
— O sea, sí.
— Exacto.
— ¿Qué es ese ruido en el fondo? Parece que están matando a alguien.
— Una señora acaba de entrar al locutorio con un bebé, y está llorando muy fuerte.
— Ugh, odio a los bebés.
— ¿Tienen bebés allí? Pensé que nacían ya siendo adultos.
— Sólo nosotros. Los demonios tienen hijos, y si nosotros queremos también podemos tenerlos. Pero no, gracias.
— ¿Por qué? Son adorables. ¿No quieres ser papá?
— Definitivamente no. ¿Qué, tú quieres?
— Me gustaría en un futuro, pero no es tan fácil...
— ¿Por qué no? Agarras a una chica y-
— ¡Sé eso! El problema es que no me... n-no... no me gustan l-las chicas...
— Ah, entiendo. Entonces roba un niño y ya.
— ¡No puedo hacer eso!
— Allá tú.
— Minho... ¿no te incómoda saber que soy...? Bueno...
— ¿Gay?
— E-eso.
— Nah, da igual. ¿Sabes algo? Eso de que los homosexuales van al infierno es mentira. Al margen de que todos van al infierno, no importa lo que seas; si fuiste bueno vas a la Isla, sino al castigo. O puedes pasear por los Campos todo lo que quieras.
— Oh, es bueno oír eso. No me gustaría ser castigado por sentirme atraído a un chico.
— Si ese fuera el caso, todos aquí iríamos al castigo.
— ¿También tú?
— Seh. No puedo privarme del sexo, y aquí hay más población masculina que femenina entonces...
— Ugh, entendí. Por un segundo pensé que ibas a ponerte romántico.
— Eso no existe.
— ¡Claro que lo hace!
— Oh, Sung, h-hay una llamada muy importante en espera...
— Ah, comprendo, entonces colgaré.
— ¡N-no! No quiero atender, pero si no lo hago van a echarme el regaño de mi vida.
— Entonces hazlo, ¿qué puede ser tan grave?
— Uh, y-yo no-
— Adiós, Minho. ¡Hablamos mañana!
— ¡Sung, n-no me-!
— ...
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DEMON LINE ❍
Fanfiction❝¿Por qué un demonio usaría un teléfono?❞ ❥ fantasía au ❥ esto es algo, pero no sé muy bien qué ❥ no acepto adaptaciones de esta historia :( disculpen AVISO, GENTE este fic sucede en un mundo fantasioso completamente creado por mí...