48 | SORPRESAS

1.3K 140 192
                                    

VAL

El sol que entra por la ventana ilumina el rostro de Eric y no puedo evitar quedarme embobada por lo hermoso que es, por lo perfectas que son sus facciones. Lo he visto tantas veces, de tantas formas, prácticamente me sé su rostro, y su cuerpo entero, de memoria pero me sigo sorprendiendo. Más que nada, lo que me sorprende es que todo el amor que tengo por él jamás ha cambiado. Si, ha tenido sus altibajos, pero siempre ha estado ahí, aunque intenté reprimirlo, borrarlo, ocultarlo, siempre ha estado ahí, formando parte de mi. Él es una parte de mi, una crucial, y es estúpido si quiera intentar negar eso mucho tiempo más. 

Lo amo, a él, y a nadie más. Nos amo juntos. Incluso cuando sé que puedo vivir sin él, también sé que simplemente no quiero hacerlo. No quiero pasar un solo día más alejada de él, no quiero despertar ni una sola mañana más y no ver lo que tengo frente a mí. Su ceño relajado, sus labios algo entreabiertos, su cabello despeinado y sus pestañas, Dios, sus pestañas larguísimas y hermosas, su nariz y el lunar de su mandíbula. No quiero una vida sin Eric Brennett. 

No me arrepiento de haber hecho lo que hice, de igual forma. No me arrepiento de haber salido corriendo del altar, ni de haberme alejado, ni de haberlo dejado, ni de haber conocido a Jacob. Todo lo que hice, todo por lo que ambos tuvimos que pasar era necesario, era necesario para que crezcamos, lejos del otro, para que encontremos otras posibilidades, otras vidas, otras rutinas, otras personas, para repararnos a nosotros mismos. Y ahora, cuando todo eso ya está solucionado, y cuando después de todo este tiempo y de la sanación, ambos sabemos y seguimos eligiéndonos, simplemente es por algo. Porque nosotros estuvimos destinados a terminar juntos desde el instante en que hice esa apuesta a los diecisiete años. Desde entonces, aunque tardamos en darnos cuenta, siempre ha sido él, y siempre he sido yo. Y no quiero nada más.

Sus ojos se abren de a poco y cuando se despierta por completo me mira. Me observa unos segundos y luego sonríe un poco por lo bajo, para después fruncir el ceño.

— Es extraño que me mires mientras duermo — se queja, y estira los brazos sobre su cabeza para luego acomodarse en su costado y mirarme —. Pareces una loca acosadora.

Pongo los ojos en blanco.

— Solamente admiraba la vista. — me encojo de hombros y suelta una risa mezclada con un bostezo.

— Pues claro, una vista increíble — dice en tono engreído —. Yo, en tu cama, desnudo. ¿Qué más podrías pedir? 

Se ríe cuando le doy un golpe con la almohada y la tira a un costado para luego tomarme por la cintura y colocarme encima de el. Me abraza con fuerza, pegándome a su cuerpo y yo apoyo mi barbilla en mis manos sobre su pecho.

— Mucho más — le digo —. Podría pedirte mucho más.

Sonríe de costado y enarca una ceja, juguetón.

— Mmm, ¿Cómo qué? — sus manos empiezan a bajar por mi espalda hasta llegar a mi trasero. Me río —. ¿Con humor para un mañanero? — sube y baja las cejas.

Suelto una carcajada y le doy un beso en la boca mientras sonríe.

— Veo que ya estás lo suficientemente alegre, mhmm — enarco mis cejas con una gran sonrisa y él sonríe.

— ¿Cómo no estarlo si te tengo encima, desnuda, hermosa y con los labios hinchados después de dormir? — me besa y agarra mi labio inferior entre sus dientes, estirándolo un poco después —, por supuesto que yo y el resto de mi cuerpo están muy alegres al respecto.

Me río y, negando con la cabeza, me acuesto en su pecho y lo abrazo. Lo abrazo con fuerza, con demasiada fuerza, como si de eso dependiera estar viva. Él me devuelve el gesto y nos quedamos así unos minutos, abrazados, desnudos, felices. Escucho el sonido de su respiración tranquila, los latidos armoniosos de su corazón y sé que lo que estoy a punto de hacer es una locura, pero no me contengo ni un segundo más.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora