49 | LA OTRA CARA DE LA MONEDA

2.3K 133 133
                                    

VAL

Trago saliva y mi corazón late desbocado dentro de mi pecho cuando escucho a Jacob cerrar la puerta tras de sí. 

Mi cabeza da vueltas y no dejo de pensar en qué demonios estuvo pensando en el momento en que se subió a ese avión, o en qué puto momento le pareció una buena idea el simple hecho de tener que crear todo este drama. Entiendo, sí, tenemos que hablar, pero ¿No podía esperar a que simplemente llegara a Nueva York? Literalmente estará un solo día aquí, y nada más.

Me doy vuelta y lo encaro.

—¿En qué estabas pensando? — me mira serio, sin decir nada —. En serio, Jacob, ¿Qué te pasó por la cabeza para venir hasta aquí?

Me observa unos segundos, serio y sin ningún tipo de expresión en su rostro que me diga qué le está pasando por la cabeza. Suspira pesadamente cuando sus ojos terminan de recorrerme de arriba abajo y retuerce sus manos mientras camina hacia mí, hasta estar lo suficientemente cerca como para ponerme tensa.
Me mira a los ojos cuando empieza a hablar.

—Quería que tuvieras la oportunidad de verme en persona, de tenerme frente a ti para...

—Para, ¿Qué? — enarco una ceja y me abrazo con mis brazos.

—Para que me digas todo eso que me dijiste por llamada, pero mirándome a los ojos.

Trago saliva y un escalofrío me recorre de pies a cabeza.

Da un paso hacia adelante y yo retrocedo otro. Un pequeño reflejo de dolor aparece en su cara un segundo, pero se recompone rápidamente.

—Necesitaba... — cierra los ojos y respira profundamente —, necesitas — se corrige —, tener la oportunidad de tenerme de pie frente a ti y de repasar todas tus opciones, Val — menea la cabeza —. Él no lo es todo. No lo es, aunque sientas que si, no es así. ¿A caso no eras feliz conmigo?

—¡Si! Claro que si, pero... — me trabo con mis propias palabras y me muerdo la punta de la lengua, pero sé que tengo que ser muy clara si quiero que me entienda correctamente. Lo miro a los ojos.

—Pero... — me anima.

—Pero no estoy enamorada de ti, Jacob — digo finalmente —. Estoy enamorada de él. Siempre he estado enamorada de él. 

Mis palabras no lo afectan tan fuerte como pensé que lo harían. Simplemente se queda tieso, mirándome, sin gesticular absolutamente nada, hasta el punto que me pregunto si me ha escuchado correctamente. 

Cuando abro la boca para volver a decir algo, lo que sea, él me sorprende soltando una risita diminuta, pero una risita al fin, al mismo tiempo que baja la cabeza, negando. Frunzo el ceño y lo miro profundamente confundida.

—Eso es obvio. Siempre fue obvio. ¿Te creías que no lo sabía ya? — su tono suena algo gracioso.

—Pero... — empiezo, confundida.

—Pero pensé que no serías tan estúpida como para volver con él de nuevo después de todo lo que te hizo — el insulto me pega con fuerza, sobretodo la forma tan calmada en la que lo dice —. Pensé que te darías cuenta que yo soy una mejor opción. Una mucha mejor opción y que, con el pasar del tiempo al final te irías enamorando de mí. Pero, bueno. — encoje sus hombros.

Me quedo tiesa, sin saber qué decir, cómo reaccionar o qué hacer. Lo miro fijamente con la boca abierta, intentando que mi cerebro conecte para poder decir algo y al menos poder irme de esa habitación, donde sentía que el aire ya estaba empezando a faltarme.

—No pasa nada, Valerie. Lo entiendo, de verdad. Entiendo como funcionan las cosas dentro de tu cabeza, dentro de ti. Te comprendo — ladea la cabeza, como sopesando sus palabras, mientras me mira fijo —. Eres una persona muy, muy, muy aferrada. Te cuesta dejar ir. Lo detestas, con muchas fuerzas, lo odias, porque no toleras el dolor, no saber qué hacer con él o como manejarlo. Supongo que es así por cómo perdiste a tu madre tan pequeña, o la forma en la que perdiste tu primer embarazo o la simple relación que tienes contigo misma, que no sabes ni perdonarte, ni aceptarte por quién eras y por quién eres.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora