BETWEEN YOU (Losing Virginity II)

50 | TODO PERFECTO

ERIC

Tiro mi cabeza hacia atrás en forma de reflejo cuando Val apoya el algodón mojado en alcohol en la herida de mi labio.

—Creo que me pasé un poco, ¿uh? — digo en tono burlón al cabo de un rato. Val me pone mala cara y me mira con sus ojos amenazantes. No le resulta para nada graciosa la situación.

—Un poco, dices — suspira y revolea los ojos, tira el algodón a un lado y se reclina hacia atrás, cruzando los brazos —. necesitará una reconstrucción de nariz después de esto— me río entre dientes, a ella se le escapa una media sonrisa y simplemente no puede ser más hermosa  —. Aunque, bueno, tú también te llevaste lo tuyo.

Bufo. Me pongo de pie y camino hacia la cama, me tiro en ella y coloco los brazos detrás de mi cabeza. La miro desde donde estoy y me es imposible pensar en otra cosa que no sean mis manos tocándola. No tengo espacio en la cabeza para el imbécil de Jacob, no quiero, ni puedo, pensar en el o en la paliza que le di hace unos treinta minutos. Solo tengo ojos, mente y corazón para Val. Mi Val, y en que finalmente, como la vida lo tuvo planeado siempre, estamos juntos de nuevo. Lo demás no me interesa para nada.

—En lo que a mi concierne, Jacob no volverá a acercarte a ti — me encojo de hombros —. Cada vez que quiera hacerlo simplemente tendrá que mirarse al espejo y recordar lo que le sucederá si vuelve a ponerte un dedo encima.

Noto que se encoje en la silla y se revuelve, incómoda, como si estuviera recordando algo que la perturbe. Trago saliva, aún no me ha dicho que fue lo que sucedió con ese enfermo, que fue lo que le dijo o que le hizo.

—No me dirás que sucedió.

Niega con la cabeza y se pone de pie.

—No me pongas esa cara, Eric — dice, mientras se acerca a mi y se trepa lentamente en la cama. Me encantaría decir que mis ojos están fijos en su rostro y no en sus tetas, pero estaría mintiendo —. Ya está, ¿no? Ya le dejé todo el claro. Ya estoy contigo.  — me dedica una pequeña sonrisa mirándome desde abajo y se me para el corazón.

"Ya estoy contigo"

—Ya estas conmigo — repito —. Pero de verdad, ¿no? — frunce el entrecejo ante mi tono y mi pregunta —. Ya no hay más vuelta atrás, no mas idas y vueltas, no más cambios. No mas nada. Esta vez si es la definitiva — mi tono es de duda —. Sé que la cagué, y que no te merezco, ni en esta, ni en las mil vidas que tendré luego. Pero te juro, nena, que en todas ellas me esforzaré por ser el hombre que mereces tener a tu lado — me siento y la encaro —. Empezando por esta.

Sonríe por lo bajo y me acaricia el rostro con sus manos, acunando mis mejillas y besándome en la frente, en la nariz, en los párpados, en los labios. Estoy a su merced, puede hacer de mì lo que le plazca y jamás me opondría. Yo le pertenezco a esta mujer, lo he hecho siempre.

Me da un último beso, un poco más largo y yo la agarro con fuerza por la piel de su cintura. Se aparta.

—Te has vuelto un blandengue de primera, Eric Brennett — me pincha y se rìe —. Si tan solo tus rivales con los que te enfrentas en los rings te vieran ahora — me mira y enarco una ceja, desafiante —, completamente rendido a mí. 

Paso la lengua por mis labios y enmarco una ceja mirándola fijamente a los ojos. De un solo movimiento pego su cuerpo al mío con fuerza y ella suelta un pequeño sonido de sorpresa, riéndose y tirando su cabeza hacia atrás.

—¿Quieres que te demuestre que tan rápido puedo invertir los papeles? 

—Me gustaría verte intentándolo.