16 | PROMESAS ROTAS

1.4K 114 32
                                    

Habían pasado tres días desde que todo, en el gran sentido de la palabra, se había ido a la mierda en mi vida. En la vida de él. En la vida de todos, básicamente. O al menos eso me repetía constantemente, para hacerme sentir peor con cada segundo que transcurría.

Entendía que mi depresión era abrumadora. De verdad intentaba no ser tan intensa con al respecto cuando mis amigas y mi padre estaban alrededor. No quería verlos preocupados, suficiente era con observar de reojo como me miraban con dolor y pena, constantemente. Así que luego del primer día decidí que tendría que lidiar con todo aquello de la mejor forma: por mi cuenta.

Eso no quiere decir que no necesite o quiera el apoyo emocional de mis amigos y familia, todo lo contrario. Pero, siempre fui una fiel creyente de que hay problemas que solamente tienen que resolverse estando solo. Ese era uno de esos problemas. Pero, claro que sentir que los arrastraba conmigo a un pozo sin fondo tampoco me ayudaba a levantarme cada mañana.

Mi padre no preguntó demasiado. Le bastó con decirme que me comprendía y me apoyaba en cualquier decisión, y nada más. Me abrazó por mucho rato, también, lo cual agradecí. Obviamente que no fue tan fácil cuando me tocó hablar con mis amigas. Les expliqué lo mejor que pude: lo que había visto la noche anterior en el departamento, como me sentía con respecto a cada decisión que alguna vez tomé en esos años de relación, lo vacía y perdida que me sentía constantemente, pero lo bien que cubría todas esas sensaciones simplemente por estar completamente enamorada y amarlo con cada parte de mi existencia.

Todas comprendieron, a su manera. Less estaba triste, no sabía cómo contenerme muy bien, pero entendía que necesitaba mi tiempo y mi espacio. Lo que no le entraba en la cabeza era el hecho de que yo lo hubiera dejado ir tan lejos. Julie, por otro lado, opinaba igual que Less con respecto a aceptar el casamiento cuando yo sabía bien que no quería hacerlo. Pero estaba enojada, no conmigo, sino con él. Decía que ella siempre supo que él terminaría por dejarme triste y vacía. Lenn... ella estaba triste, enojada, decepcionada, desesperada... todo eso, más el embarazo y el hecho de que me confesó que Zach le dijo que no quería verme hasta dentro de un buen tiempo. El hermano mayor, la única figura casi paterna que él (lo llamo así porque me cuesta pensar, decir y hasta escribir su nombre) tenía, me detestaba en ese instante. Y con justas razones.

Lenn no podía creer lo que vi en el departamento, tampoco entendía porqué le dejé pasar de alto tantas cosas, porqué accedí a tantas cosas. Pero terminó por decirme algo que me dejó pensando toda la noche. "Al fin y al cabo", dijo, "a veces el amor no es suficiente".

Todos estaban conmocionados y me trataban algo diferente. No había visto a mi hermano, mi mellizo, hasta ese momento, porque se la pasaba con él, en su departamento, cuidándolo de la misma forma en que mis amigas y Gregg me estaban cuidando a mí, y yo le agradecía ese gesto.

Ah, Gregg... la única persona que parecía no tratarme con manos delicadas y trapos de seda en todo ese momento. Agradecía infinitamente que su manera de dirigirse y comportarse conmigo no hubiera cambiado, no demasiado. Sí me insistía en que coma, me duche y me levante de la cama. Pero me dejaba descansar cuando veía que, verdaderamente, no tenía energías para nada. Me dejó quedarme en la habitación de su hotel, dormir en la cama, miraba la tele sin verdaderamente mirarla conmigo, me traía la comida, intentaba hacer chistes, y más que nada: respondía cada pregunta que le hacía, cada una de ellas, con todos los detalles que, admito, yo le rogaba que relatara.

Él estaba siendo un gran apoyo y ayuda para mí. No podía imaginarme una manera correcta de agradecérselo jamás.

Pero, a pesar de que me sentía cómoda en mi soledad, en la oscuridad constante de la habitación, sabía que no podría refugiarme allí para siempre. Entendía que mis amigas tendrían que volver a sus vidas normales pronto, que Gregg no podría pagar más noches la habitación del hotel para siempre solo por mí. La vida, injustamente a pesar de todo el dolor, continuaba, y yo tendría que continuar con ella. De alguna forma u otra debía encontrar la forma de hacerlo.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora