9 | EL COMPROMISO

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Escucho como Eric quita la traba automática del auto e inmediatamente me subo en el asiento delantero de su camioneta. Lo observo por el parabrisas mientras él le entrega la llave de mi auto a los demás, rascándose la cabeza y explicándoles que tendrían que arreglárselas para regresar todos juntos en el mismo auto.

Llevo una mano a mi frente mientras observo como mi hermano se sube al asiento del conductor y Eric camina en dirección hacia la camioneta. Respiro profundamente e intento canalizar toda la ira que siento dentro en apretar con fuerza mis puños. Haber visto a Mikaela no había ayudado para nada a los acontecimientos de la noche.

La hubiera encarado, sinceramente, lo hubiera hecho. No sé exactamente qué le hubiera dicho pero deseaba al menos haberlo intentado. Ni siquiera tuve tiempo de pensar en nada porque Eric me tomó por el brazo rápidamente y nos dirigió hacia el resto del grupo para avisarles que ya nos íbamos.

Lo único que verdaderamente me pasaba por la cabeza, era el hecho de que estaba más que segura que, si Mikaela estaba aquí, seguramente Carrick también. Y no había nada que me asustara y jodiera más que eso. 

Aunque una parte de mí quería creer simplemente que ella estaba en Nueva York por Adam, que se habían reconciliado o algo así. Sinceramente esperaba eso.

Eric abre la puerta, se sienta, se coloca el cinturón y arranca el motor en completo silencio. Al salir del aparcamiento privado del club, los flashes de las cámaras me dejan ciega por un segundo, frunzo el ceño y miro hacia bajo, tapando mi rostro con mi cabello suelto.

Ninguno dice nada, ni se emite un solo sonido en la mitad del trayecto. El tráfico estaba lento, y aunque los bocinazos no ayudaban con mi dolor de cabeza, de alguna forma sentía que me ayudaba relajarme estar allí, con las ventanas de la camioneta arriba, y un poco trabados en el tráfico. 

Eric suelta un suspiro pesado y lleno de cansancio mientras estira una de sus manos y acaricia mi pierna con ella. 

- ¿Cómo te sientes? - me pregunta, sinceramente preocupado. Lo miro y encojo mis hombros. Él chasquea la lengua y su mano pasa de estar en mi pierna a colocarse en mi mejilla y acariciarla.

- Sobrecargada - ladeo la cabeza -. La noche empezó increíblemente bien. No puedo creer que haya terminado de esta forma.

- No te preocupes. Te prometo que esto ha sido solo una mala coincidencia. No tendrás que volver a pasar por eso nunca más, nena. Te lo prometo.

Sus ojos fijos en los míos me hacían sentir extremadamente segura a su lado, pero sabía que esa promesa de mucho no valía. Eric no era capaz de controlar todo.

- No prometas cosas que no puedes cumplir - le pido y el frunce el ceño -. No sabes que puede llegar a pasar dentro de unos meses, o mañana, o cuando sea. Hay cosas que no puedes controlar.

- Pero si te puedo proteger - me aprieta la mano -. De todo. Siempre - siento unas inmensas ganas de llorar -. Como te lo prometí hace años. 

Una sensación indescriptible me llena el pecho de lo que se sienten como cosquillas que causan un poco de dolor, un poco de presión. Intento tragar saliva, mirándolo a los ojos fijamente, pero mi garganta se cierra y mis ojos se llenan de lágrimas. Como un acto involuntario recuesto mi rostro cuando su mano se posiciona en mi mejilla, y cuando beso su palma caliente lo siento sonreír por lo bajo a pesar de que tengo los ojos cerrados.

Cierta desesperación inunda mis pensamientos. Como si estuviera a punto de tener un ataque de ansiedad.

- Te amo - se lo confieso por milésima vez con la voz cortada, me sonríe sin mostrar sus dientes -. Demasiado. - hasta yo escucho mi tono de preocupación. 

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora