46 | DECISIONES

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ERIC

Si dieran un premio a la sonrisa mas estúpida de todas, seguramente ya me hubiera ganado uno. Porque desde que Val y yo nos besamos en el yate, no he dejado de sonreír como un niño de cinco años al que le dan helado gratis. No he dejado de sonreír y estar feliz y no creo que pueda dejar de estarlo.

Cierro los ojos un segundo, sentado en el sofá de la habitación mientras abrocho los últimos botones de mi camisa y todos los recuerdos me invaden la cabeza.

—Se darán cuenta— me dijo, conteniendo una sonrisa, mientras la empujaba de la cintura para que bajara las escaleras que dirigían a las habitaciones. 

Revoleé los ojos y miré sobre mis hombros. Matt y Less estaban abrazados hablando, Lenn y Zach se reían mientras jugaban con Mary-Emm y Julie se veía muy sería mientras escuchaba atentamente lo que sea que Gregg tenía para decirle.

Bufé y la tomé por la cintura de nuevo.

—Son demasiado estúpidos para darse cuenta. — le dije, mientras intentaba seguir empujándola para que bajara los peldaños que quedaban de una vez por todas, pero ella se resistió colocando las manos en las paredes. 

Gruñí, quejoso y pegué nuestros cuerpos, abrazándola contra mí.

—Se darán cuenta y nos molestarán al respecto durante todo el viaje.

Se rio cuando besé su cuello y el sonido me deleitó y me hizo sonreír.

—¿Y qué? No es como si ellos no tuvieran sexo.— le quité importancia al asunto. 

Frunció el ceño mirándome.

—No tendremos sexo.— sentenció.

Bufé y revoleé los ojos.

—Ya, claro. Repítelo hasta que te lo creas.

Intenté besarla pero apartó el rostro y mis labios cayeron en su mandíbula. Sin importarme, la mordí.

—Lo digo en serio —dijo —. Simplemente nos... besaremos un poco.

Contuve la risa, mirándola incrédulo y con una ceja enarcada.

—Como adolescentes hormonales de quince años, claro que sí — intenté volver a besarla y de nuevo me lo impidió. Bufé de frustración y pegué mis labios a su mejilla—. Deja de hacerme eso...

—Eric...

Joder, la forma en que me miraba. No podía decirle que no a ella. Como sus ojitos de cachorro me observaban desde abajo, con sus labios formando un pequeño puchero. Era algo tortuoso y demasiado hermoso a lo cual era imposible negarse.

Bufé.

—Está bien, está bien... Solo nos... — miré sus labios, adentrando mis manos por debajo de su blusa y acariciando la piel de su cintura. Cuando noté que contuvo la respiración, sonreí petulante por lo bajo —, besaremos.

Asintió, embobada, y yo sonreí.

Sin esperar ni un segundo más, sin darle un aviso previo, la tomé por la cintura con ambas manos y como si pesara lo mismo que una pluma la levanté. Ella, por instinto, rodeó mi cintura con sus piernas y yo la tomé por las caderas para mantenerla en su lugar. Nuestros labios se unieron en un beso desenfrenado al mismo tiempo que su espalda chocaba contra la pared del pasillo que dirigía hacia las habitaciones.

Su lengua se entrelazaba con la mía de una forma que me tenía viendo las estrellas. Mis manos estaban en todos lados, al igual que las suyas. No me contuve más cuando sus dientes atraparon mi labio inferior, y mirando de reojo las puertas, tomé la manija de una y nos metí en una de las habitaciones.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora