23 | IMMACULATE

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VAL 

Me miré una última vez en el pequeño espejo del baño. Mi maquillaje estaba relativamente bien, un poco de sombreado negro, con un delineado delicado, rimel en las pestañas e iluminador en mis pómulos y mi nariz. Había perdido el hábito de maquillarme hace un tiempo, pero me había salido lo suficientemente bien para sentirme atractiva.

Mi cabello, como siempre, no tenía solución, así que simplemente lo dejé suelto. 

Salí del baño para reunirme con Gregg, quien me esperaba sentado en el sofá, devorando una hamburguesa. Al verme, detuvo el masticar y tragó lentamente mientras me recorría el cuerpo completo con la mirada. Sentí que me sonrojé ante el escrutinio.

- ¿Qué te parece? - pregunté, intentando llenar el silencio repentino y la tensión que me ponía ansiosa.

- Ese vestido será la muerte de muchas personas esta noche, incluyendo la mía.

Sonreí ante sus palabras y me acerqué a él mientras se ponía de pie. Gregg iba simple, pero condenadamente atractivo. Con una camisa blanca, con los cuatro botones desabotonados y las mangas arremangadas, mas unos jeans negros y zapatillas del mismo color de la camisa, mirarlo simplemente te quitaba el aliento. Eso más sus facciones perfectas, su cabello rubio cobrizo y sus ojos verdes... mirarlo sin duda era disfrutar una vista maravillosa.

- No estoy acostumbrado a verte vestida así - me dijo mientras se acercaba a pasos lentos, con sus ojos fijos en mi rostro un segundo, y luego en mi cuerpo -. Recuerdo que solías usar solamente jeans holgados y camisetas anchas. 

- Sí - tragué duro mientras él se detenía frente a mí -. Crecí. Ahora le toca a los vestidos. 

- Hmjm - ladeó la cabeza y su mano lentamente se colocó en mi cintura -. Vestidos que distraen fácilmente.

- Gregg...- intenté quejarme, pero sonó más como un suspiro.

Su rostro de repente estaba demasiado cerca, sus pupilas dilatadas eran una distracción, y allí en mi cintura, donde estaba su mano, se sentía demasiado caliente. Si no conseguía un poco de espacio, se volvería hasta difícil respirar.

- Val - dijo mi nombre con tono bajo y profundo. Sonrió cuando sus ojos se posaron en los míos -. ¿Por qué te pones tan nerviosa? Solo estoy alagando lo linda que estás.

- No estás haciendo solo eso - lo acusé -. Lo sabes.

Una sonrisa pícara se posicionó en sus labios.

- No puedes culparme - se defendió, colocando su otra mano en mi cuello y acariciando mi mejilla con su pulgar. Con la mano en mi cintura, de un tirón me pegó a él -. Si lo quieres, tienes que decírmelo ahora.

- ¿Qué cosa?

- Si quieres que te bese, dímelo ahora. Porque sin dudas yo quiero hacerlo.

Mi cerebro estaba aturdido. Por la forma en que su labios demasiado rosados se movían, por nuestra cercanía. Y también por el constante golpeteo del pensamiento de que no podíamos hacer eso. No podíamos estar así de cerca, no podíamos hacer lo que estaba pasando por su cabeza, ni lo que estaba pasando por la mía.

Gregg me miraba atentamente, esperando una respuesta, atento a mis reacciones y mis movimientos. Pero yo a penas si me quería mover, porque tenía miedo de hacer algo de lo que luego me arrepentiría. 

No podía hacerle eso a él. Hacérselo a Julie e incluso a Eric. Me sentiría culpable toda la vida. 

- No podemos. - fue todo lo que logré decir.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora