33 | TENTACIONES DEL PASADO

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ERIC

Empiezo a detener la camioneta cuando diviso el bar. Frunzo el ceño mientras la busco entre las personas fuera del bar. Mi corazón se acelera cuando no la encuentro por unos segundos, pero mi estomago se retuerce y cierto fuego de furia conocido para mi me recorre la sangre cuando la encuentro a un costado de la puerta principal. En frente de ella está de pie un tipo muy alto y sin cabello. Noto cuando Val coloca su mano en el hombro del tipo y niega con la cabeza, mientras su rostro luce indefenso.

Tragando saliva, saco la llave del contacto y salgo del auto en un segundo. Mis pies chocan con fuerza contra el asfalto mientras me apresuro a caminar hacia ellos. Cierro con fuerza mis puños a mis costados y ruego porque ese imbécil no le haya puesto una sola mano encima a Val.

- Quiero estar sola, así que... - la escucho decir, y su voz delicada y su tono borracho me enervan aún más, sobre todo cuando veo que el tipo suelta una risa e intenta acercarse de nuevo a ella.

- ¡Hey! - mi cuerpo reacciona antes que mi cerebro y pronto siento que mis manos lo toman de la camisa y lo empujan hacia atrás, lejos de ella -. ¿No la escuchas, o qué mierda? - no me detengo un momento a observar a Val, solamente me sostengo al hecho de que ella se sostiene de mi brazo justo cuando me coloco frente a su pequeño cuerpo como un escudo entre ella y el tipo barbudo.

- Oye, tranquilo. Solo estábamos hablando... - arrastra las palabras y su barba mojada de lo que seguramente es cerveza me revuelve el estómago. 

- Te dijo que quería estar sola, eso no me suena demasiado como una conversación - doy un paso hacia adelante, y lo único que tengo en mi cabeza es querer molerlo a golpes, pero entonces Val me toma del brazo, al mismo tiempo que me agarra la mano y me mantiene a su lado. 

La miro sobre mis hombros y trago saliva ante la imagen que tengo enfrente. Sus mejillas rosadas por el alcohol, sus ojos inyectados un poco en sangre, pero más que nada me aferro a la forma en la que me mira. Pidiéndome que me quede con ella, que no haga nada que la haga arrepentirse de haberme dicho que viniera.

Así que me sostengo a eso e intento disipar la rabia en mi sistema. Respiro profundamente y miro al borracho frente a mí.

- Será mejor que saques tu culo de aquí si no quieres terminar en el maldito hospital. - le advierto, y ante su expresión, sé que me hará caso.

Cuando el tipo se aleja, respirando profundamente me giro hacia ella. Estamos más cerca de lo que creía, y no me quejo para nada por tener que mirar un poco hacia abajo para poder observar sus ojos. Noto que su mano sigue sobre la mía y no me resisto a acariciar el dorso de la suya con mi dedo pulgar. 

La miro y no entiendo cómo tanta belleza puede caber en un cuerpo tan pequeño como el suyo. Ni entiendo como es posible amar tanto, tan profundamente, como la amo a ella.

- ¿Por qué no me sorprende que tu primer instinto haya sido querer romperle la cara? - comenta entrecerrando los ojos. Me río.

- Me conoces, Val - subo mi mano por su brazo y agradezco que no me aparte, aunque me siento mal al darme cuenta de que si me permite hacer esto es solamente porque está como una cuba -. Además, se lo merecía.

- La violencia no es la solución - apunta, y con su dedo índice toca la punta de mi nariz, sonriendo divertida -. Aunque a algunos idiotas les hace falta una paliza de vez en cuando.

- Eso es lo que yo decía - le sonrío y luego de observala unos segundos más, suspiro pesadamente -. ¿Del uno al diez, qué tan borracha estás?

La sonrisa tonta que sale de sus labios me dice que del uno al diez, está en el once.

- Ocho - enarco una ceja -. Ocho y medio, quizás.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora