24 | PÍDEMELO

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VAL

Él estaba ahí. 

Él estuvo ahí, frente a mí, en la salida del club. Estuvo ahí y me miró a los ojos, dijo mi nombre, me pidió que me fuera con él. Se veía... Dios, se veía tan lindo con su chaqueta de cuero que yo le había regalado por su cumpleaños el año pasado, con sus jeans ajustados y su camiseta blanca y sus botas favoritas. Estaba sobrio, se lo noté al instante. Sus ojos no estaban hinchados, rojos u achinados. Así que estaba sobrio, que no era algo que me estaba esperando. 

Ay, y su cabello... su cabello estaba algo largo, alborotado, como si se hubiera estado pasando la mano repetidas veces por la cabeza. Se veía bien. Estaba igual de lindo como lo recordaba, no ojeroso como la última vez que lo vi, pero...

Joder, Val. Detente. Ya basta. Ya basta de pensar en él.

Me enderecé en el asiento del auto de Jacob e intenté que la cabeza no se me cayera hacia los costados. Estaba demasiado ebria, muy confundida. Creo que fue exactamente por eso que no me estaba muriendo de la ansiedad por haberlo visto de nuevo después de tres meses.

Jacob mantenía la vista fija en la carretera. 

- ¿Te sientes bien? - escuché la voz de Gregg a mis espaldas. Simplemente cerré los ojos y asentí lentamente con la cabeza. Lo que fue una mala decisión, porque me mareó aún peor.

- Vaya noche - dijo Jacob en medio de una risa. 

Su auto se detuvo frente al bar de Adam, que ya estaba menos concurrido e hizo una mueca.

- ¿Aquí vives? - preguntó enarcando una ceja en mi dirección -. ¿Seguros que no quieren ir a mi departamento? Podemos seguir la fiesta allí.

Oh, conocía ese tono de voz y todo lo que escondía detrás. Y por un momento recordé cómo estuvimos bailando los tres en el club. Con Gregg a mis espaldas, apretando mis caderas contra su cuerpo, y Jacob, con una mano en mi cintura y la otra en mi nuca, con su rostro a centímetros del mío, sonriendo seductor. Gregg besaba la piel descubierta de mis hombros y yo sentía como mis piernas flaqueaban. 

Un calor repentino me volvió a invadir de pies a cabeza, algo avergonzada por el espéctaculo.

- Ya está muy borracha. - escuché la voz de Gregg. Jacob lo miró y se encogió de hombros.

- Todos estamos muy borrachos.

- Sí, tú también - apenas entendía mi voz -. No deberías conducir así.

Enarcó una ceja.

- ¿Me estás invitando a pasar la noche contigo, Valerie? - su voz grave, sus ojos profundos y su media sonrisa me descolocaron por un segundo.

Nos imaginé a los tres, en mi cama. Jacob besándome los labios y Gregg recorriendo mi abdomen con su lengua y... ¡Basta! Dios, estoy mal. Estoy muy, muy, mal.

Negué con la cabeza y sonreí apenas.

- Estoy diciendo que conduzcas lento y seguro a tu casa. 

Jacob soltó una risa en miedo de un bufido y se tiró hacia adelante para abrir la puerta de mi lado.

Gregg le pasó la mano, riéndose y simplemente se bajó del asiento de atrás, colocándose en mi puerta, esperando para poder ayudarme a bajarme del auto.

Le sonreí una última vez a Jacob y cuando saqué una pierna para ponerme de pie, sus manos tomaron mi muñeca, girándome hacia él.

- No terminamos aquí, Val - pasó sus ojos de mis labios a mis ojos -. Ni tu, ni yo, nos quedaremos con las ganas de nada - se acercó y plantó un pequeño beso en mi mejilla -. Nos vemos.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora