5 | PASADO

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Desde mi habitación podía escuchar los gritos provenientes de la sala. Sonreí mirándome al espejo al escuchar una de las carcajadas más graciosas, la cual estaba segura pertenecía a Matthew, mi hermano gemelo.

Todos los que faltaban, Lenn, Less, Julie, Zach y Matt habían llegado ese mismo medio día, cuando Gregg, Eric y yo estábamos almorzando. No voy a negar que el reencuentro con mis amigas fue de lo más emotivo, y ninguna pudo evitar derramar una que otra lágrima. En cuanto a Eric, lo veía feliz y pleno; la sonrisa no se borraba de sus labios y sus ojos brillaban contentos al estar junto con todos mis amigos.

No podía creer que había pasado un año desde la última vez que los vi a todos. No me perdonaba a mí misma haber dejado pasar tanto tiempo, y además sin haberme dado cuenta. Pero lo cierto era que el tiempo pasaba tan rápido, y había tantas cosas por hacer, tantos compromisos, tantos exámenes y tantas peleas a las que asistir que... simplemente, se me pasó. Los extrañaba, a todos, muchísimo, a mi padre también, pero el tiempo no estaba de mi lado y el día no tenía las suficientes horas.

Estaba terminando de arreglarme el cabello cuando noté por el espejo que la puerta de la habitación se abría. Vi a Eric sonreír por el reflejo y lo admiré de arriba abajo, aquel traje de etiqueta le quedaba perfecto y su ojo ya no estaba tan morado como hace unos días, su ceja estaba cicatrizando perfectamente, esperaba que no le quedara ninguna cicatriz.

Se acercó a mí y me abrazó por la espalda, inclinándose y apoyando su barbilla en mi hombro. Nos miramos por el reflejo del espejo.

- ¿Estás lista? – asentí -. La reserva que hice en el restaurant es a las ocho. – me recordó y sus labios me dieron un pequeño beso en el cuello.

- Lo sé.

- ¿Sucede algo? – se enderezó y me giré sobre el pequeño asiento acolchonado, lo miré y frunció el ceño -. Porque estás tardando más de lo normal en prepararte y jamás haces eso. – bromeó y rio un poco por lo bajo.

- No sucede nada – ladeé la cabeza y encogí mis hombros -. Supongo que estoy algo nerviosa.

- Lo puedo notar – me tomó las manos y me puse de pie -, ¿Es por la boda?

- No, no es por eso – mentí, a medias -. Quizás es porque... bueno, me pone de los nervios pensar en decírselos a todos.

- ¿Tienes miedo de que no lo aprueben? – conocía esa mirada que me lanzó, estaba poniéndome a prueba de algo. A prueba quizás de si de verdad quería hacerlo o no.

- Sabes que eso no interesa, pero...

- Pero te importa de igual forma – me interrumpió y apartó sus manos de las mías, lo miré cansada -. Está bien.

- Eric, sabes que no es así – no me miraba a los ojos -. Tengo el anillo, ¿Verdad? Ya casi pusimos la fecha. Sí quiero hacerlo.

- Sientes vergüenza, ¿No es verdad? – me miró entonces, sus ojos lucían heridos. Lo observé confundida, ¿Qué carajo estaba diciendo? -. Lo entiendo.

- No es eso... Eric. – lo llamé, pero ya había salido de la habitación sin mirar ni un segundo más atrás.

Bufé de frustración y puse los ojos en blanco, al mismo tiempo que cerraba mis manos con fuerza y apretaba mis puños e intentaba no gritar con todas mis fuerzas para sacar la furia que llevaba dentro.

Eric Brennett se había convertido en una de las personas más paranoicas e inseguras que hubieran pisado alguna vez el planeta tierra. Yo por mi parte siempre intentaba ayudarlo con ello, al parecer, todo lo que hacía, le daba ese miedo de que no pudiera gustarme a mí y por eso lo dejaría de un día para el otro sin dudar. Y aunque se lo dijese, no entraba en su cabeza que no lo haría, o al menos no por motivos estúpidos.

BETWEEN YOU (Losing Virginity II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora