—La profecía se ha narrado debes matarlo tan pronto nazca.
—¡Pero es mi hijo!. —Gritó la mujer presa del dolor del parto.
—Hacer lo que se debe es la muestra más grande amor. _Presionó la anciana mujer mientras limpiaba la frente de la joven con un paño húmedo.
—Si cortamos el cordón y aún respira será demasiado tarde, nada ni nadie podrá matarlo y así condenaremos el mundo, sabes bien que lo que llevas en tu vientre por más humano que parezca no es más que una bestia. _Quiso mediar la mujer mientras temblaba imperceptiblemente a causa del inminente nacimiento.
La joven que se encontraba en trabajo de parto estaba a escasos minutos de expulsar al mal encarnado y que Dios se apiadara de la tierra, nadie más que la madre podía asesinarlo y la única oportunidad era mientras aún estuviera conectado a ella por medio del cordón umbilical y si no se daba prisa nada ya podría hacerse.
—Pasadme el puñal. _Pidió la joven parturienta mientras lágrimas de puro dolor resbalaban por sus mejillas.
—Sabes que es lo mejor, ahora toma valor y hazlo.
La joven mujer tomó el puñal en sus manos, mientras la plata virgen tocó sus manos, lloró con ganas mientras el metal traspasaba su carne casi hasta el hueso, luego pujo fuertemente y expulsó el pequeño que mientras era tomado por la anciana no lloró ni una sola vez, el único signo que indicaba que no nació muerto era su relajada respiración.
La anciana lo cargo con temblor en sus manos y posandolo en el pecho de la madre la instó para que esta clavara el puñal en su pequeño corazón.La joven madre empuñó más fuerte la daga resistiendo el metal que le hacía daño, luego dirigió la mirada al rostro del pequeño que cargó por nueve meses en su vientre, ¿Dolía hacerle daño? Claro que sí, él era parte de ella aunque fuese tan solo una pequeña migaja, él pequeño la miró a los ojos revelando unos fríos ojos azules, ojos llenos de conocimiento como si él supiera justamente lo que ella, el ser que más debía cuidarlo estaba a punto de hacer.
—Hazlo ahora, siento que se acercan. _Apremió la mujer.
Sollozando y aguantando las ganas de llorar más fuerte la mujer que acababa de parir alzó el puñal dirigiéndolo al corazón del bebé. Sin embargo, antes de que siquiera la anciana reaccionará la joven cambio la dirección del puñal y este se fué a cortar directamente el cordón umbilical. Ya estaba hecho nada podría hacerse ahora.
—Viviras Igon y vengarás a tú madre, Sangre por sangre generación tras generación que así sea. _Dijo la joven antes de enterrar el mismo puñal con el que liberó a su hijo, ahora en su propio corazón.
***
18 años después del nacimiento.
11:50 pm.
La luna llena se veía mística en el cielo nocturno. Sin embargo, aquel resplandor rojo semejante a la sangre la hacía ver tenebrosa, pobres criaturas mundanas que no lograban siquiera imaginar lo que estaba a punto de suceder ó mejor..... afortunados aquellos que vivían ignorantes de aquello que pronto se liberaría de las cadenas y bañaría el mundo en sangre para la eternidad.
***
—Estamos tan cerca Luka, a minutos de ser portadores de la más grande arma jamás nacida, estamos cerca de reinar en el mundo entero. —Dijo el rey Asher mientras miraba hacia el cielo.
—Lamento ser ave de mal agüero su majestad, pero como logrará que eso le obedezca. _Dijo su mano derecha al rey.
—Eso como tú le llamas es mi hijo, así que ten más respeto. _Respondió el rey sin perder su sonrisa macabra. —Él obedecerá justo como lo ha hecho en los últimos dieciocho años o ¿Acaso que es lo que temes?
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BEAST SOUL
FantasyRememorar el pasado no es bueno para un ser como yo, vagar por ese camino podría traerle muchos problemas a aquellos que quisieron quedarse, aún me resulta estúpida su decisión cuando por una sola vez les permití decidir. Dos opciones tenían, la pri...