Parte 17 Ira, celos ¡¿Vampiro?!

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Freia Nicols

No podía dormir, la sensación de total incomodidad en la boca del estómago no me permitía siquiera el descanso ansiado. Adicionalmente tenía que sumarle el hecho de que me encontraba en una habitación que no era la mía, una cama que pertenencia a él y su olor impregnado por todas partes causaba incomodidad y placer al mismo tiempo.

Desde la visita incomoda de Cash no supe más de Igon, minutos después abandonó la habitación en un silencio hermético negándome la ansiada información, su gesto burlesco me dejaba en claro que disfrutaba dejarme en total oscuridad.

Después de dar vueltas y vueltas en la cama tratando de analizar como mierdas había aceptado quedarme al lado de alguien que era peligroso, como diablos me explicaba que estaba aquí por mi propia voluntad y que mi ser estaba dividido entre la exasperación de no entender mi propio accionar y esa sensación de pertenecer al lugar exacto en el que Igon se encontrase.

No podía más, tenía que resolver, aunque fuese una de mis dudas, además después de recuperar, aunque fuese un poco de mi raciocinio me di cuenta que de casa salí sin móvil, no me había comunicado con mi familia y mucho menos con mi mejor amigo, ahora mismo debían de estar preocupados. Buscar un teléfono y llamarlos ahora mismo no era opción pues claramente ya era pasada de la media noche. Sin embargo, llamarlos a primera hora seria una de mis prioridades.

Salí de la habitación de Igon para dirigirme no se a dónde, este lugar era gigantesco, después de abrir un par de puertas donde obviamente él no estaba me decidí por bajar las escaleras hasta encontrarme con la sala principal, vacía y oscura claramente. ¿Dónde estaba este hombre? Seguí buscando, hallando en el proceso una gran cocina, el salón comedor y por supuesto un despacho y otra sala. Todo elegante y costoso.

El aroma, ese olor característico me pegó fuerte luego de empezar a subir por otras escaleras las cuales se encontraban muy al fondo de un pasillo poco iluminado, siguiendo su olor me deje llevar hasta una gran azotea. Sin embargo, lo que mis ojos vieron sería una de las tantas imágenes que tal vez jamás en la vida podría borrar de mi mente, esa y el lacerante e inexplicable dolor al ver como ese hombre, ser o lo que fuese se estaba follando a Dina empotrándola sin clemencia en la baranda del lugar. Ambos totalmente desnudos con la fría noche como testigo. Los jadeos de placer de esa mujer perforaban mis oídos y aunque quería dejar de mirar esa escena que inexplicablemente me estaba matando no podía, además era como si estuviera presenciando un engaño, me sentía traicionada y esto en definitiva era totalmente absurdo y mas teniendo en cuenta que Igon y yo no teníamos absolutamente nada que ver.

Los ojos de la mujer se encontraron con los míos y una sonrisa perversa se dibujó en sus labios, empezó a moverse con más brío, después noté como el alzaba la cabeza hacia la luna y llevaba sus labios al cuello de su amante, dos gotitas de sangre resbalaron hasta perderse en ambos torsos. No supe que se apoderó de mí, pero si ver como copulaban se sintió doloroso, el ser testigo de como bebía su sangre me llevó a la locura y sintiéndolo propio tomé lo primero que se me cruzo en el camino para estamparlo con todas mis fuerzas sobre la espalda del hombre.

Se dio vuelta con violencia soltando a Dina en el proceso para luego posar su mano con dureza en mi cuello hasta casi levantarme del suelo, sus ojos no eran del color que tanto me gustaba estos estaban totalmente bañados de ónix, perdidos como si no fueran de humano y es que no lo eran, esos ojos eran de Bestia.

Igon Dumitrescu

Me encontraba en un puto frenesí debido al ansia provocado por la presencia de ella en mi casa, en mi cama. Su olor era adictivo y por mas control y poder del que fuese dueño, no podía negar que ella me tentaba y por esa razón la odiaba aun más. Cuando le dije que quería destrozarla hablaba en serio, ansiaba como nunca apetecí nada en el mundo destrozarla de todas las formas posibles y después inventar nuevas. Sin embargo, ¿qué placer encontraría en proporcionarle una muerte rápida? ¿Qué diversión obtendría si tan solo apretara un poco más hasta asfixiarla?, ninguno y por ello la solté al percatarme que estaba a segundos de arrebatarle la vida.

BEAST SOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora