Parte 22 Insensata
Freia Nicols
Algunos días han pasado y no voy a disimular que no me he sentido más tranquila al verme liberada de la presencia de Dina, no tengo ni idea que pasó con ella y tampoco me interesa averiguarlo. Lo único que deseo es que no aparezca más, que no se le acerque más y es que el tener, aunque sea un atisbo de lo que significó en la vida de Igon me ha reafirmado ese cumulo de sensaciones que crecen día a día. Él no me demuestra nada y tampoco ha aclarado mis dudas, pero mi ser irracional esta extasiado con todo esto. Yo, una chica del común soy la compañera de un ser como él. He investigado tanto, mitos, historias, folclor, cuentos de terror y en todos concuerdan en que una compañera es la manifestación del amor, la otra mitad y un ser tan poderoso como él, su igual una reina. He notado como me mira, como se oscurecen sus ojos cuando me tiene cerca no soy tan idiota como para no darme cuenta que esto que no entendía, esto que crece diariamente también le pasa a él y aunque me juré ser paciente el ansia se vuelve insoportable y no estoy segura cuanto tiempo más puedo aguantar, hay momentos en los cuales mis impulsos me gritan que lo reclame como mío y es bastante surrealista, porque mis labios duelen, los dedos pican y cada tendón de mi cuerpo se contrae por tenerme que negar lo que la naturaleza o lo que sea ha designado como mío.
No entiendo, porque no estoy en su mente para saber como lo lleva él, un ser acostumbrado a hacer lo que se le viene en gana, ahora atado a alguien que obviamente no va a compartirlo nunca más, su compañera, mi compañero. Suspiro como adolescente enamorada y mi estomago se aprieta con la anticipación de todo lo que quiero que nos suceda.
Me es inevitable irme a la cama con una sonrisa, me es inevitable el no aceptar que me estoy acostumbrando a tanto lujo, a que me atiendan en todo momento, a no tener que mover un solo dedo y el no tenerme que preocupar por como llegar a fin de mes. En su casa lo tengo todo, señora me llaman todos los que le sirven y en la empresa pasa igual, aunque él no me ha presentado oficialmente todos intuyen que debo ser importante para el gran magnate.
Las sabanas de seda se pegan deliciosamente a mi piel y la palabra insensata se quiere colar en mi cabeza, desea a como de lugar hacerme dar de bruces contra la realidad, pero no la dejo, no permito que este cuento que estoy empezando a creerme sea destruido, de todo lo malo hay que sacar lo bueno me repito y me lo creo.
El viento es agradable al golpear con mi piel acalorada, la tierra se siente húmeda y rica contra la planta de mis pies, algo me llama, me grita que debo seguirlo y aunque mis ojos no ven absolutamente nada me dejo guiar por mis sentidos porque no tengo miedo ¿Por qué tendría que tenerlo? Él me va a cuidar y mientas le tenga cerca nada ni nadie podrá tocarme. No sé exactamente como llegué a este sitio, tampoco estoy muy segura de que es, pero sigo hacia adelante porque algo me dice que estoy cerca.
Sonrío y me dejo llevar. Sin embargo, de un momento a otro el panorama cambia y el viento que en un inicio se sentía tan bien, ahora sopla helado. Ahora no está el follaje hermoso que acariciaba mi piel, el paisaje ya no luce agradable, en este momento la noche se ha vuelto tétrica y los sonidos causan que mis emociones muten a unas totalmente desagradables. Empiezo a caminar más rápido, mi mirada se dirige hacia atrás, adelante y a los lados queriendo estar atenta a todos mis flancos sospechando que estoy en grave peligro, entonces escucho gritos, suplicas de una mujer, pero nadie le atiende, me tenso y quiero llegar al lugar en donde esta ella, pero no puedo, no la alcanzo.
Los gritos de auxilio no cesan y corro dejando atrás el miedo, alguien esta en peligro una mujer necesita mi ayuda, no pienso mucho y sigo corriendo encontrándome en el camino con una choza de apariencia lúgubre, sin duda de allí vienen los gritos. ¡Auxilio! ¡no lo hagan!
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BEAST SOUL
FantasíaRememorar el pasado no es bueno para un ser como yo, vagar por ese camino podría traerle muchos problemas a aquellos que quisieron quedarse, aún me resulta estúpida su decisión cuando por una sola vez les permití decidir. Dos opciones tenían, la pri...