Mordida Equivocada

Capítulo dos

Capítulo dos

El día en el que se irían de viaje amaneció frío y lluvioso para la mala suerte de Harry y de la gripe que aún no se había marchado del todo de su sistema. También para la molestia de Louis y sus otros amigos, Harry intuyó, que debían soportarlo quejándose y hablando de lo tanto que los detestaba por hacer tanto ruido cuando ni siquiera habían salido de Londres. Incluso estaba molesto consigo mismo debido a lo tan débil que era frente a la amistad de años que tenía con Louis, pues era la única razón que no lo llevó a rechazar la oferta desde un principio. A veces querer tanto a alguien resultaba una perdición, fuera quien fuera, y Harry se sentía demasiado molesto de tener que asumirlo.

Ni siquiera Dave estaba tan molesto como él por su partida y hasta lo había animado a hacerlo luego de advertir a Louis que debía cuidarlo con su vida porque de lo contrario todo terminaría muy mal entre ellos, quizá sin ser muy consciente que era lo que su mejor amigo hacía desde el comienzo de su amistad en la escuela primaria. Ninguno de los dos se atrevió a mencionar algo al respecto y Harry agradeció que Louis simplemente aceptó las palabras con cierta ironía en su respuesta y expresión, siendo agradable solo porque se trataba de Dave. 

El aeropuerto estaba lleno de personas que llegaban y se marchaban, ajenos a las constantes exclamaciones que Louis, Jacob, Steven y Brandon soltaban a medida que caminaban llevando sus maletas y ajenos también a que Harry y Dave iban un poco más atrás de ellos tomados de la mano como si no quisieran soltarse, hablando en voz baja de lo tanto que se extrañarían.

—Me gustaría poder ir contigo —admitió Dave cuando llegaron a la zona del check-in. Louis, Jacob, Steven y Brandon se encaminaron a hacerlo mientras que Harry se quedó con Dave para poder hablar sin interrupciones—. Ese lugar al que van no me gusta demasiado para que estés solo a pesar de que también estarán tus amigos.

—A Lou también le gustaría que fueras, pero tu trabajo… —Harry se encogió de hombros con una mueca. Habían hablado bastante del tema y nadie estuvo en desacuerdo muy a pesar de que la presencia de Dave en Las Vegas podía significar que Harry no estaría tan pendiente de sus amigos como la razón del viaje lo requería, pero la realidad era que no era posible que fuera con ellos por el tanto trabajo que tenía en la empresa. Ser el hijo del dueño a veces resultaba complicado—. De todas formas, no te preocupes por el lugar. Puedo cuidarme bastante bien y los chicos no dejarán que me pase nada.

—Eso espero —suspiró Dave, sonando resignado. Harry casi rodó los ojos por su actitud pero en parte entendía su preocupación, así que se mantuvo calmado y no dejó que su aroma delatara sus sentimientos—. Sin embargo sabes que si algo sucede puedes llamarme sin dudar, ¿verdad? En cualquier momento. 

Harry asintió con una pequeña sonrisa. Sabía que bajo ningún punto de vista haría algo así, pues significaba interrumpir nuevamente la vida de Dave como lo había estado haciendo días atrás por culpa de su gripe. Si llegaba a pasar una vez más, era probable que no escaparía del desprecio de su familia.

—Joder, Dave, se marcha por un par de días, no por meses —dijo Louis con humor, logrando que se separaran. Harry negó con la cabeza a la vez que Dave soltaba un leve gruñido—. Uy, qué miedo. 

—No molestes, Lou. —advirtió Harry con un poco de cariño en su tono.

—Exacto. No molestes, Lou, que probablemente te enojaría que un alfa llegara junto a ti cuando te estás besando con esa omega que será tu esposa. 

Louis soltó una fuerte carcajada que Harry sabía que solo él entendería, pues Dave no estaba al tanto de la verdad de su amigo teniendo una repentina relación amorosa con una omega, a la que, incluso, todavía no había conocido en persona y con la que se casaría en menos de un mes. Pero por supuesto Dave sonrió, probablemente pensando que Louis estaba haciéndose el orgulloso al no mostrar sentimientos. A veces Harry agradecía ser el único que conocía a Louis en profundidad.