Capítulo siete

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Capítulo siete


Al día siguiente Louis se despertó en su cama con Harry prácticamente arriba suyo. A pesar de que no estaba acostumbrado a compartir la cama toda la noche con una persona, la presencia de Harry lo hizo sonreír y sentirse cómodo. Era el único consuelo que le quedaba luego del error que había cometido.

La realidad era que según lo acordado iban a dormir en camas separadas aprovechando que Louis tenía otra habitación en su espacioso departamento, pero ese plan se vio frustrado cuando a mitad de la noche Harry lo despertó con una expresión llena de tristeza. Ambos confesaron que ninguno podía dormir y notaron que se debía al lazo, así que terminaron en la misma cama. Antes de dormirse no se abrazaron como lo estaban al despertar, por lo que Louis supuso que ocurrió en el transcurso de la noche. De todas formas, no le molestaba. Harry estaba bastante cómodo al parecer, al igual que él.

Apenas habían logrado dejar de lado el orgullo, pero la necesidad de la compañía del otro fue mucho más fuerte y acabaron juntos en la misma cama. 

—Harry —murmuró Louis, tocando con la punta de su dedo índice la mejilla del omega buscando despertarlo—. Despierta por favor, se nos hará tarde para que podamos desayunar. 

—Mierda, Louis —gimoteó Harry aún con los ojos cerrados, provocando una sonrisa llena de diversión en Louis—. ¿Me estás despertando porque quieres desayunar? Sólo ve, maldito idiota, déjame dormir en paz. 

—Es que se me complica un poco si estás arriba mío, cariño —señaló con ironía. Sintió a Harry encogerse de hombros. 

—Pues te aguantas. Bienvenido a la vida de casados.

—Si te mueves, prometo que haré el desayuno. 

Harry se levantó repentinamente, sentándose en la cama y mirándolo con sorpresa. Louis casi se rió al ver lo tan adorable que lucía con los ojos hinchados y el cabello despeinado. 

—Tú no vas a hacer el desayuno —advirtió Harry en un tono acusador, levantándose de la cama con rapidez—. Me voy a duchar y luego lo hago yo ¡pero no toques la cocina! 

Louis rio negando con la cabeza y se dispuso a levantarse para vestirse. Por el momento no iba a ducharse porque odiaba hacerlo apenas despertaba, así que se limitó a acomodar las sábanas y las frazadas para colaborar con algo, pues si Harry iba a hacer el desayuno él quizá podría ayudar a mantener el orden a pesar de que no estaba muy acostumbrado a ello. Por eso le gustaba tanto su soledad.

Al terminar salió de la habitación y caminó hacia la cocina para ver qué tenía en las alacenas y el refrigerador. No mucho, notó con rapidez, y por el momento no planeaba comprar demasiado para reponer porque según lo que Rusell le había dicho, quería que hicieran una verdadera vida de casados y los iba a enviar a vivir a una casa. Comprar de más sería innecesario. Por el momento alcanzaba con lo que tenía, o utilizarían a su fiel amigo el delivery.

Media hora después vio a Harry aparecer en la cocina con el cabello mojado. Se sorprendió al notar que llevaba puesta su ropa pero se dijo que probablemente no le quedó otra que tomarla ya que la de él estaba toda en el departamento y la de su maleta no pintaba estar tan limpia teniendo en cuenta que se habían ido por todo un fin de semana y mucho no llevaron. Eso le hizo recordar a Louis que en algún momento tendrían que ir al departamento de Harry para buscar sus pertenencias. 

—Mi papá dijo que viviremos juntos —mencionó con tranquilidad mientras Harry comenzaba a sacar una sartén luego de revisar la alacena y notar que mucho no encontraría. Lo vio detener sus movimientos por un instante y luego continuó—. Y que podemos elegir la casa, por supuesto. 

Mordida EquivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora