Mordida Equivocada

Capítulo veintinueve

Capítulo veintinueve

Harry apenas pudo dormir durante la noche.

Cada vez que consiguió cerrar los ojos y evitar que los pensamientos continuaran molestando, se despertó poco tiempo después por una pesadilla o porque sentía que Louis había dejado el lugar a su lado en la cama. Aunque todo era su imaginación porque el alfa en ningún momento se marchó, incluso en varias ocasiones se despertó junto a él al sentir lo exaltado que estaba. 

Eran las 06:00 am cuando decidió que no valía la pena intentar dormir de nuevo. Además las náuseas con las que últimamente estaba lidiando no dejaban de molestarlo, así que se quedó despierto esperando que Louis también despertara algunas horas después porque debía ir a trabajar.

Tuvo mucho tiempo para pensar en lo que había sucedido el día anterior a pesar de que no quería concentrarse en ello porque los malestares en su estómago empeoraban. Le resultaba imposible, pues no dejaba de preguntarse qué sería de su vida de ahora en más.

¿Cómo haría para confiar nuevamente en Louis? ¿Cómo haría para olvidar o superar el rencor que sentía hacia él? Porque a pesar de que quería perdonarlo por completo y continuar con su vida como si nada hubiera pasado… era imposible. Al menos ahora. No sabía si en algún momento cambiaría y eso lo aterraba. 

No quería una relación que se basara en sentir rencor, ni tampoco quería que Louis luego le tomase rencor porque no podía darle lo que se suponía que debía brindarle al ser su pareja; su omega. Sin embargo, bajo ningún punto de vista lo abandonaría.

Sería dejar que Jared ganara. Además perdería a su mejor amigo y al alfa que ahora era suyo. Así que bajo ningún punto de vista era una opción.

Cuando Louis se despertó varias horas después, Harry fingió que estaba dormido. Lo sintió levantarse e ir al baño, luego regresar y acostarse a su lado nuevamente. Sonrió sin poder evitarlo al sentir que comenzaba a dejar besos en su mejilla.

—Sé que estás despierto. 

Harry río un poco, se volteó y lo miró de frente. Besó suavemente sus labios y se encogió de hombros despreocupado. Ahora que no tenía la eterna presión de luchar contra un omega que se escondía detrás de una imagen y que buscaba hacerle la vida imposible, se sentía en paz y tranquilo. Lejos de la incertidumbre que le provocaba no saber de qué era capaz Louis, todo parecía estar bien. 

—Lamento lo que pasó. 

Rodando los ojos, Harry abrazó a Louis buscando que metiera el rostro en su cuello. Trató de ignorar la expresión de culpa que llevaba desde que ocurrió el enfrentamiento contra Dave y Steven. Incluso él quiso agradecerles por actuar en su favor, sin embargo todavía estaba sin celular y no pudo comunicarse con ellos. 

—Ya te dije que estás perdonado —buscó tranquilizarlo, aunque Louis probablemente sabía que le costaría recuperar su confianza—. Lo más importante ya está fuera de nuestras vidas. Y espero que así se mantenga. 

—Ni lo menciones. De solo recordar me dan ganas de vomitar. Fui muy imbécil. 

—Lo fuiste. Todos los alfas lo son cuando tienen un omega en frente —se encogió de hombros. Louis se alejó y lo miró con las cejas alzadas luciendo indignado, a lo que Harry rio—. ¿Qué pasa? ¡Tengo razón! Sólo debes encontrar al omega correcto por el cual ser un imbécil. Te costó bastante entrar en razón, mi buen amigo. 

—No me digas amigo —gruñó suavemente dejando leves mordidas en su cuello. Harry rio por las cosquillas que le causó. Trató de detenerlo, sin embargo Louis continuó durante varios segundos hasta que se alejó y volvió a hablar—. Eres mi omega, mi novio o mi pareja. Como quieras llamarlo.