Capítulo dieciséis

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Capítulo dieciséis








Harry notó el impacto que sus palabras tuvieron en Louis cuando su expresión tranquila mutó en otra llena de horror, miedo y enojo. Se preguntó a sí mismo cuál de sus propias emociones era la más preocupante. ¿La desesperación? ¿Las ganas de llorar? No sabía, ciertamente, y no estaba seguro de quererlo averiguar. Pero por el momento lo que sí necesitaba para calmarse era alguna palabra de parte de Louis. Harry negó con la cabeza sin mirarlo al no recibir nada y se apoyó sobre la mesada pasándose las manos por la cara con frustración.

Necesitaba algo de parte de Louis, cualquier reacción diferente a la que ya tenía. ¡Incluso estaba dispuesto a recibir un abrazo! Porque ¿un embarazo? ¡¿Un embarazo de su mejor amigo, con el que se encontraba en una especie de relación obligada porque ambos habían arruinado todo durante una borrachera?

No había forma de que pudiera aceptarlo o que fuera a mantener la calma. Y menos si Louis continuaba sin decir palabra alguna. ¡Ni siquiera se movía de dónde estaba parado!

—¿Qué se supone que vamos a hacer? —preguntó Harry en un susurro lleno de preocupación—. ¡Di algo, Louis! 

—¡Pues no lo sé! Abortar si estás embarazado, supongo… —Louis se encogió de hombro, luciendo como si quisiera ocultar las expresiones que inevitablemente se mostraban en su rostro.

Harry rodó los ojos y respiró profundo, consciente de que Louis no se estaba tomando nada con la seriedad que en ese momento necesitaba. Pero trató de calmarse. No era momento para pelear ni para echarle en cara que siempre se comportaba como un adolescente sin importar la situación en la que se encontraran. No. Ahora ambos debían mantener la calma y buscar una solución.

—Yo no quiero tener hijos —agregó Louis luego de algunos segundos, encogiéndose de hombros una vez más. Harry vio un poco de desesperación en él y casi se rió en su cara. 

—Yo tampoco —Harry admitió con suavidad—. De todas formas… dudo que pase algo, ¿verdad? 

—No lo sé. No conozco nada de los omegas y sus embarazos. Sólo sé que se ponen molestos y nadie los soporta. 

—Deja de decir estupideces, Louis. Debemos ser serios con esto. 

Louis asintió con vehemencia y cerró los ojos suspirando antes de abrirlos nuevamente. Harry no entendía por qué estaba actuando de esa manera. Lejos había quedado el alfa que era su mejor amigo, que quizá arruinaba mucho de lo que hacía pero sabía resolverlo o no entrar en pánico. Incluso así fue cuando se despertaron luego de que se emborracharon y le dejó una marca de unión en su cuello. Sin embargo, ahora al parecer no podía hacerlo, pues no sentía que le estuviera diciendo una sola palabra en serio. 

—Entonces solo queda esperar a que pase lo mejor, ¿verdad? —preguntó Louis con un poco de cautela en su tono, sin siquiera mirarlo. 

—Creo que sí.

—Bien. Perfecto —asintió para sí mismo y luego negó con la cabeza—. Yo debo… debo ir con mi mamá. ¿Recuerdas que me pidió que la ayude en no sé qué cosa? 

—Sí, lo recuerdo. ¿Pero es necesario que te vayas ahora? Luego de todo esto...

—¿Por qué quieres que me quede? Si hay o no embarazo ahora, no podemos hacer mucho. 

Harry se quedó en silencio cuando Louis terminó de hablar, preguntándose si la necesidad de que se quedara a su lado era muy exagerada de su parte. Por un lado, sabía que se debía a su celo ya que fue la primera vez que lo compartió con alguien y ese alguien se suponía que era su alfa, pero por otro lado lo del posible embarazo no lo dejaría en paz durante las siguientes horas. Comenzaría a pensar de más y quería tener a Louis junto a él para sentirse contenido. 

Mordida EquivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora