Capítulo veintidós
Harry quería llorar y estaba a pocas palabras de soltar lo que en ese momento pasaba por su cabeza.
Él sabía que en la vida había situaciones que una persona debía soportar por diferentes razones. Peleas familiares o con cualquier otro tipo de ser querido; falta de dinero, escuchar dramas ajenos que él en un chasquido de dedos podría solucionar si se encontraba en la misma posición y mucho. Sin embargo, había un problema exacto en su vida que a veces sentía que jamás se marcharía. Sin importar cuánto tratara o cuánto intentara Louis que tuviera una solución, pues estaba cerca de ellos como un tormento constante y, en ocasiones, engañosamente como alguien que los ayudaba. Pero Harry no era ingenuo. Porque Rusell Tomlinson siempre tenía dobles intenciones en todo lo que hacía y darle una mano en el conflicto que tuvo con Louis no quedaría como algo aislado.
Por tal razón, esa noche se encontraba rodeado de alfas y omegas una vez más. De los socios de Rusell, los cuales en cada reunión le sorprendía más y más el tanto asco que le causaban. Aunque lo peor era cómo trataban de incluirlo en sus conversaciones, buscando también despreciarlo por su condición de omega con comentarios llenos de malicia.
—Yo siempre he pensado que los omegas tienen derecho a disfrutar del privilegio que durante mucho tiempo sólo fue para alfas —dijo uno de los alfas con un tono de voz serio. Se encontraba sentado cerca de Rusell y Harry lo miró con atención al haber notado que en varias ocasiones por la noche hablaron alejados del resto—. Sin embargo, que luego no se quejen de las consecuencias.
—¿Y cuáles serían esas consecuencias? —preguntó Louis luego de beber un sorbo de su bebida. Harry le dio una rápida mirada y luego la llevó a Rusell, que parecía observar todo con un escrutinio diferente al de siempre.
—Los alfas no van a tratarlos como sus iguales —explicó con la misma calma de antes—. La mayoría ni entre ellos se tratan con respeto siendo que tienen prácticamente el mismo poder. Entonces ¿con qué razón tratarían a un omega con respeto aunque se lo merezca? —negó con la cabeza como si fuera absurdo—. No pasará nunca. Es por eso que los omegas deben quedarse en sus casas, criando una familia y cuidando de sí mismos mientras que sus alfas están fuera. Ese es su lugar. Sólo ahí tendrán el trato que el mundo piensa que merecen tener. Tiene lógica, ¿verdad?
Harry se mordió el labio inferior y suspiró ruidosamente llevando toda su atención al plato que tenía frente a él sobre la mesa, un poco harto de lo que desde hacía horas debía escuchar. Sin embargo, lo peor era que no podía decir ni una sola palabra que callase a los alfas que no dejaban de hablar de omegas como si no hubiera ninguno alrededor. Opinando de sus vidas o de sus maneras de vivir como si supieran algo acerca de lo que soportaban en el día a día.
Sintió la mano de Louis tomar la suya por debajo de la mesa y lo miró para notar que tenía los ojos puestos lejos de él, exactamente en los alfas que ahora estaban hablando, como si le importara lo que decían. Pero Harry sabía que no era así. Harry sabía que Louis no hacía más que fingir y lamentarse igual que él por tener que estar en ese lugar escuchando el palabrerío que alfas adinerados decían gratuitamente.
En realidad al mirarlo sólo tenía ganas de acercarse y besarlo por saber controlarse tan bien. Quizá cualquier otro alfa en su posición hubiera perdido la cabeza y se habría ido sin más, sin importar que, aunque les molestara, tenían que estar allí para no soportar de diferentes maneras la presencia de Rusell en sus vidas. Salida no tenían y que Louis supiera mantenerlo lejos tanto como pudiera era algo de admirar.
—¿Tú qué piensas al respecto, Louis? —preguntó otro alfa con una sonrisa un poco hostil. Harry parpadeó varias veces mirándolo con atención, dándose cuenta de que no había escuchado nada de lo que siguieron hablando luego de aquellos comentarios, al parecer igual que Louis.
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Mordida Equivocada
Fanfiction[Nueva versión] Un viaje. Una noche entre amigos. Varios tragos de por medio. Luego de recibir la noticia de que debe casarse, Louis planea un viaje a Las Vegas junto a su grupo de amigos para despedir su soltería. Sin embargo, lo que comienza como...