Capítulo catorce

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Capítulo catorce










Louis finalmente había decidido regresar a la universidad. Fue una decisión que le costó bastante tomar —incluso desde antes que sucediera todo lo de Las Vegas— debido a que los tantos conflictos que tenía con Rusell se volvían un impedimento para todo lo que estuviera relacionado con su día a día. Además todo el tiempo recibía quejas al respecto de su parte, argumentando que no hacía falta que continuara estudiando, que durante la adolescencia y los años siguientes le enseñó lo suficiente sobre la empresa como para que pudiera hacerse cargo a su lado. Pero Louis nunca quiso tomar ese camino. 

Su idea de vida desde hacía mucho tiempo se basaba en mantenerse tan alejado de Rusell como le fuera posible. Su adolescencia no resultó ser una etapa fácil debido a que Rusell pretendía controlar sus actitudes, lo que lo llevó a cometer más locuras, y así continuó hasta la noche en la que marcó a Harry. 

Así que su idea principal era no depender de su padre en lo absoluto, y en eso entraba el hecho de que debía estudiar algo que lo alejara completamente de la empresa que había pertenecido a su familia durante décadas. Y así lo hizo por varios años, sin embargo los conflictos no lograron más que desmotivarlo y acabó abandonando todo, al menos una semana antes de que Rusell lo obligara a unirse con una omega que ni siquiera conocía… y luego llegó su viaje a Las Vegas.

Decidió finalmente regresar. Sabía que tenía vía libre para trabajar con su padre y que con eso su vida estaría asegurada, al menos en el ámbito de lo económico, pero ahora que estaba bajo su ojo lo que menos necesitaba era darle más motivos para molestarlo, por lo que se dijo que lo mejor era continuar con su plan de estudios y luego alejarse a un punto en el que sólo tendría que relacionarse con él si era demasiado necesario. 

Así que sus días se convirtieron en un constante ir a estudiar, buscar a Harry en su universidad —porque al igual que él había decidido que ya era momento de retomar su vida como lo era antes— y llegar a casa donde una buena comida hecha por Grace los esperaba. Ciertamente no era la vida que siempre pensó tener, menos con Harry, su mejor amigo, pero no se quejaba. Resultaba agradable incluso, y más cuando tenía una buena compañía como Harry.

—¿Te molestó alguien? —Louis preguntó en el momento que Harry se metió en el asiento de copiloto de su auto. Tenía una expresión que mostraba enfado y cansancio y Louis enseguida se puso alerta. 

—En realidad no —Harry se encogió de hombros observando por la ventana—. Se me quedaron mirando más de una vez pero nadie se acercó mucho. 

Louis soltó un sonido que sonó como un gruñido e hizo andar el auto, tomando las pocas palabras de Harry no como una señal de que estaba enojado con él sino como una señal de que sentía una molestia hacia absolutamente todo. 

El verdadero problema de la gente viendo a Harry no era el hecho de que lo hicieran. El verdadero problema —que incluso Louis sentía que los afectaba a ambos— era que Harry estaba por tener su celo y se negaba a dejar de asistir a la universidad para mantenerse seguro en la casa, al menos hasta que todo acabara y no corriera ningún peligro, pues en tal estado muchas veces era posible que alguien se quisiera propasar con él. Louis sabía que Harry siempre había sido capaz de defenderse solo, sin embargo la locura en la que muchas veces los alfas entraban al sentir un omega en celo o cerca de él resultaba hasta cierto punto inexplicable, por lo que era necesario tener cuidado.

Por esa razón Louis se sentía mucho más protector que nunca. Le enviaba constantes mensajes a Harry durante el día preguntando cómo se encontraba y si no respondía en un lapso de cinco minutos lo llamaba sin importar que quizá estaba en mitad de una clase. Necesitaba una respuesta por mensaje y no molestaría tanto, pues si algo le pasaba a Harry ¿quién lo ayudaría? Nadie, probablemente, y ahí era donde él debía actuar. Eran momentos en los que el peso de su apellido resultaba útil. Sabía que muy pocas personas deseaban tener problemas tanto con su padre como con él y, según lo que tenía entendido, no había persona que no supiera dentro de la universidad de Harry que estaba marcado por Louis Tomlinson.

Mordida EquivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora