Capítulo veintiséis

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Capítulo veintiséis








Louis tenía muchas ganas de prender un cigarrillo para aliviar lo tensionado que se sentía y para disipar un poco los olores de su alrededor. Tanto de los alfas como de los omegas. 

Se encargó de saludar y sonreír a cada persona que miró en su dirección mientras caminaba por la casa que durante mucho tiempo consideró su hogar, tratando de lucir tan amigable como era posible teniendo en cuenta que prefería estar en cualquier sitio antes que allí. Muy a su pesar, debía ser educado sin importar que sabía que los alfas a su alrededor no dudarían un segundo en hundirlo si se les presentaba la oportunidad. 

La imagen de su familia siempre le había importado muy poco. Él sólo quería marcharse de allí, no tener que regresar nunca más y disfrutar del fin de semana con su omega. Sin embargo no todo era posible en la vida y menos luego de tantas equivocaciones. Ese lugar que se encontraba repleto de alfas y omegas que parecían estar dispuestos a luchar tanto como fuera posible contra los presentes, de una manera poco directa, con miradas cargadas de palabras no dichas y llenas de una agresividad pasiva, le parecía una pérdida de total de tiempo. 

Una vez más debía cumplir con los pedidos de su padre al presentarse en ese tipo de reuniones a las que solo asistían alfas que creían tener poder y omegas que los obedecían porque buscaban recibir un trato especial a modo de recompensa. Aunque ahora no pensaba quejarse como lo hizo tiempo atrás ya que su objetivo cambió al querer evitar que Harry tuviera que enfrentarse a tanto circo desbordante de falsedad y malicia.

Admitía que una parte de él deseaba que estuviera allí a su lado. Era mucho más entretenido tener a alguien con quien soportar tanto alfa con el ego en el cielo y Harry siempre había sido una muy buena compañía, siguiendo sus pasos en todo momento y apoyando sus inventos cada vez que hablaban bien o mal de las personas presentes. Sin embargo no se arrepentía de haberlo dejado en casa, pues sabía cuánto sufría estando rodeado de alfas desconocidos. Además era mejor mantenerlo lejos luego de lo sucedido en la última reunión a la que asistieron juntos.

Tampoco era tan malo, de todas formas. Lo más complicado era lidiar con personas que le desagradaban, pero sin contar eso, no le costaba mucho no dar importancia a los alfas que querían probar que eran mucho más poderosos que él. 

Con un suspiro, sacó el su celular del bolsillo y notó que tenía un nuevo mensaje de Harry. Se aclaró la garganta al leer y miró hacia los costados, asegurándose de que no había nadie cerca. 

«¿Quieres que te envíe una foto de cómo estoy ahora en la cama para que no estés muy tenso en casa de tu papá?» Decía el mensaje, a lo que Louis sonrió negando con la cabeza sin poder creerlo. A veces Harry lo sorprendía demasiado. 

«Sí, me gustaría ver» 

Luego de responder, guardó el celular aclarándose la garganta y observando una vez más su alrededor, agradeciendo que nadie se le había acercado a hablar a pesar de lo solo que estaba. Normalmente mucha gente lo hacía ya que era hijo de Rusell y buscaban provocarlo de alguna manera. Sin embargo, esa noche en específico todo parecía más tranquilo de lo usual. 

—Hola, Lou. Finalmente te encontré. Te estoy buscando desde hace un buen rato.

Louis se volteó confundido al escuchar una voz a su espalda y sonrió aliviado cuando vio que se trataba de Jared. Luego frunció el ceño, molesto por el hecho de que no era bueno que su amigo omega estuviera en una reunión llena de alfas. Supuso que por ser hijo de quién era, Jared al igual que él, no podía escaparse tan fácilmente.

—Hola, amigo. Pensé que te librerías de estas reuniones espantosas —Louis dijo cauteloso, a lo que Jared se encogió de hombros con una mueca—. ¿Todo bien?

Mordida EquivocadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora