10. ☁︎Evento De Beneficencia☁︎

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20 de agosto del 2022

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20 de agosto del 2022

Me encontraba en el invernadero de Chris, rodeada de sus flores y plantas, disfrutando de la tarea de regarlas. No me importaba que hubiera jardineros encargados de eso; siempre me había gustado estar cerca de las plantas. Me encontraba absorta en mi pequeño mundo verde, el olor a tierra húmeda y el suave murmullo de las hojas eran reconfortantes.

Cuando salí del invernadero para llenar la regadera, noté a Chris y a su amigo, el hombre de mis sueños, descansando en el jardín. Ambos estaban asoleándose en unas sillas reclinables junto a la piscina, pareciendo relajados y despreocupados. Observé cómo los rayos del sol caían sobre ellos, y una idea traviesa cruzó por mi mente. Ambos hombres parecían estar al borde de quedarse dormidos, con sus ojos cerrados y sus respiraciones lentas.

Sin hacer mucho ruido, dejé la regadera en el piso y me dirigí hacia la manguera que estaba enrollada en un soporte cercano. Me aseguré de posicionarme en un ángulo de 45 grados desde donde estaba el hombre misterioso, mi objetivo principal en este pequeño acto de travesura.

Con un movimiento rápido, abrí la llave de la manguera, y un chorro de agua fresca salió disparado hacia los dos hombres. ¡Splash!

—¡Pero qué diablos!— exclamó Chris, sobresaltado, mientras saltaba de su silla. El hombre de mis sueños, también dio un brinco, completamente sorprendido por el repentino ataque de agua.

Reía tanto que apenas podía mantenerme en pie. Los seguí mojando mientras ellos intentaban evadir el chorro, corriendo de un lado a otro como si estuvieran atrapados en una tormenta inesperada.

Chris, rápidamente recuperado de su sorpresa, corrió hacia la llave de la manguera, su cara tenía una mezcla de diversión y falsa indignación. 

Finalmente, cerró la llave y la manguera dejó de lanzar agua. Solté la manguera y caí de rodillas al suelo, riendo tanto que el estómago me empezaba a doler. Sentía las lágrimas en los ojos por la cantidad de risa que no podía contener. Los dos hombres se miraron, perplejos y empapados, pero pronto las sonrisas comenzaron a aparecer en sus rostros también.

Después de unos segundos, mi hombre misterioso, se acercó y me extendió su mano. Aun riéndome, acepté la ayuda y coloqué mi mano en la suya. De inmediato, mi risa se esfumó al sentir su tacto. Era la primera vez que tocaba su piel, y sentí como si me estuviera electrocutando; una corriente eléctrica corrió por todo mi cuerpo. Sin embargo, no me provocaba dolor; más bien, me llenaba de una inexplicable sensación de. . . felicidad.

«¿Qué es esto?», pensé, completamente sorprendida por la reacción de mi cuerpo.

Con lentitud, me levanté del suelo, tratando de procesar lo que estaba sintiendo. Él, con un poco de fuerza, me atrajo hacia él. Sentí cómo su otro brazo rodeaba mi cintura, asegurándome contra él. Era como si el mundo se hubiera detenido, y por un breve momento, todo se sintió perfectamente bien.

The Girl Of My Dreams || Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora