Pasaron 5 años desde que la familia Van Zeller perdió a uno de los suyos. Ante la incompetencia de los policías y detectives, y ante la desesperación de Dedrick Van Zeller de no encontrar a su hija menor, recurre a su yerno favorito, Sebastian Stan...
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||Sebastian Stan||
18 de septiembre del 2022
Cuando salí de la oficina de Chris, me encontré con Nolan y Aiden hablando en un rincón. No pude escuchar lo que decían, pero cuando Aiden se acercó hacia donde yo estaba, su expresión de molestia era evidente, y sentí la necesidad de preguntarle si todo estaba bien.
—¿Sigue Chris ahí dentro? —preguntó Aiden, caminando hacia mí con determinación.
—Sí —respondí, pero antes de que ella pudiera tocar la perilla de la puerta, tomé su muñeca con delicadeza—. ¿Aiden, estás bien? ¿Pasa algo malo con Nolan?
—Todo está bien, Sebastian —respondió ella, aunque su sonrisa parecía forzada—. No te preocupes.
—¿Segura? —insistí, buscando en sus ojos alguna señal de duda.
Ella asintió rápidamente y sonrió, esta vez con más sinceridad.
—Si quieres hablar de lo que sea, la puerta de mi habitación está abierta para ti. No importa la hora.
—Gracias —respondió Aiden, soltando una sonrisa genuina que me hizo sentir un poco mejor. La solté con suavidad, aunque todavía tenía la sensación de que algo pasaba.
—Sebastian, amigo mío. Quiero hablar contigo —Nolan se abre de brazos mientras se acerca a mí, una vez que Aiden ya estaba dentro de la oficina—. Escuché que tuviste algo con mi hermana.
«¡Ay Dios!», pensé, sintiendo un nudo formarse en mi estómago. «¿Cómo demonios lo sabe? ¿Acaso Alexia se lo contó?»
Traté de mantener la compostura, pero mi mente ya iba a mil por hora, buscando las palabras adecuadas para responder sin comprometerme demasiado.
—¡Nolan, qué sorpresa verte! —dije, forzando una sonrisa, mientras trataba de ocultar la incomodidad—. ¿De qué estás hablando?
—Vamos, no te hagas el tonto, Sebastian —replicó Nolan, mirándome con una expresión inquisitiva—. Alexia me mencionó algo sobre ustedes. Dijo que había una historia interesante entre ustedes dos. Una que, por cierto, no parece encajar muy bien con tu situación actual, ¿no es así?
Él me observó atentamente, como si estuviera tratando de leer cada uno de mis pensamientos. Me crucé de brazos, intentando aparentar calma.
—Alexia y yo. . . Bueno, tuvimos algo en el pasado —admití, finalmente, optando por una vaga descripción de nuestra relación—. Fue algo breve, nada serio.
—¿Nada serio? —Nolan alzó una ceja, escéptico—. Me cuesta creer que alguien como tú tenga algo "nada serio" con mi hermana, especialmente considerando que estás casado con Adina. ¿O me equivoco?
Su tono era inquisitivo, pero no amenazante. No sentí un chantaje en sus palabras, solo una genuina curiosidad. Sabía que debía ser cauteloso, cualquier palabra equivocada podría complicar más las cosas.
