Pasaron 5 años desde que la familia Van Zeller perdió a uno de los suyos. Ante la incompetencia de los policías y detectives, y ante la desesperación de Dedrick Van Zeller de no encontrar a su hija menor, recurre a su yerno favorito, Sebastian Stan...
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||Aiden Mateland / Madeline Van Zeller||
11 de septiembre del 2022
En los últimos días, no he podido hablar con Sebastian. He tenido varias reuniones con el equipo creativo del proyecto en el que estoy y, cuando llego a la mansión, me paso todo lo que resta del día cuidando a James. Cuando termina el día, termino exhausta. Al menos hoy, James se iría con su madre. Así que ahora tendría tiempo para poder hablar con Sebastian.
Esta vez salí temprano de la reunión que tenía; nuestra grabación comenzaría en unos días más, ya que, por un problema con un actor, tuvimos que retrasarlo. Cuando llegué a la casa de Chris, noté que había un coche en particular, uno que no estaba allí antes. Conocía muy bien ese coche; ya lo había visto antes.
«Esto no puede ser», pensé con gran preocupación.
Caminé rápidamente hacia dentro de la mansión. La Sra. Hughes, una de las mujeres del aseo, me abrió y seguí caminando apresuradamente, aunque sentía mis piernas temblar con cada paso que daba.
☁︎☁︎☁︎
En la parte de la oficina de Chris escuchaba risas masculinas, y una de esas risas la conocía perfectamente. «Estoy segura de que es él», pensé mientras mi corazón empezaba a latir con fuerza. «Pero por favor, que no sea él».
Esta vez no toqué la puerta y la abrí lentamente, temerosa de lo que iba a encontrar. Primero vi a Sebastian, sentado y en calma, pero sus ojos se dirigieron hacia mí en cuanto la puerta se abrió. Luego, vi a Chris, en su silla de siempre, con una expresión que parecía mezclar sorpresa y un ligero toque de incomodidad. Pero el tercer rostro que vi me hizo congelarme por completo. Ahí estaba él, Nolan Levett, sentado con una confianza que siempre me había irritado.
—Veo que ya has llegado, Aiden —Me saludó Chris, tratando de mantener la compostura, pero noté una cierta mirada de incomodidad mientras lanzaba miradas rápidas a Sebastian y a Nolan. ¡Dios! Olvidé mencionar a Chris que Nolan me conoce por mi antiguo nombre, y por un instante, pensé en hacerle una seña a Chris para que no dijera nada más, pero ya era demasiado tarde.
«Esto será un gran problema», pensé mientras intentaba mantener mi respiración bajo control.
—¿Aiden? —preguntó Nolan, mirándome fijamente con una seriedad que pronto se convirtió en una sonrisa de lado. Había algo en su mirada que me ponía nerviosa, como si estuviera disfrutando de algún tipo de broma privada. Sus ojos se posaron en mí, reconociendo algo que preferiría mantener oculto.
A pesar de mi intento de aparentar calma, sentí que mi mente empezaba a correr en todas direcciones. «¿Cómo iba a manejar esto?» Todo parecía estar colapsando a mi alrededor, y mi mente buscaba desesperadamente una salida que no parecía llegar. Nolan no dejaba de mirarme, y sentía su mirada clavada en mí como un ancla que me mantenía atrapada en el pasado.
