6.☁︎ Un Cambio☁︎

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||Aiden Mateland / Madeline Van Zeller||

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||Aiden Mateland / Madeline Van Zeller||

25 de julio del 2022

En el momento en que terminé mi trabajo en el estudio, me dirigí a la cafetería más cercana. No tenía mucho tiempo, y si no fuera por mi obsesión con tener unas fotos impecablemente, no estaría llegando tarde al lugar de mi almuerzo.

Mientras caminaba a paso acelerado, saqué mi celular y miré la hora: la 1:30 p. m. Bueno, al menos todavía tengo media hora para comer,  así que reduje el ritmo de mis pasos. Además, ya no me faltaba mucho para llegar.

Al llegar a la cafetería, una oleada de nervios me recorrió. Cada vez que venía, siempre notaba a un hombre sentado frente a mí. No eran nervios de los malos; más bien, había algo en él que me intrigaba profundamente. Me preguntaba si estaría ahí esta vez.

Cuando entré, vi que no había mucha fila, así que me acerqué al mostrador y pedí mi smoothie de chocolate. Me lo entregaron en poco tiempo, y busqué una mesa vacía para sentarme. Mientras me acomodaba, sentí una mirada fija en mí. ¿Será él?

Para pasar desapercibida, saqué mi celular y fingí estar revisando algo. Levanté la cabeza ligeramente, intentando no ser obvia, y mi corazón dio un vuelco al reconocerlo. Allí estaba, en su mesa habitual, con su mirada dirigida hacia mí. Estaba segura de que era un hombre atractivo, de unos treinta y tantos años, con un aire de confianza que siempre llamaba mi atención.

No pude evitar sonreír para mis adentros. ¿Por qué me intrigaba tanto este desconocido? Nunca le había podido ver el rostro con claridad, pero notaba que era un hombre bien vestido. Siempre lo veía con un traje de un suave tono naranja pastel que tiraba a un beige claro. Esta vez no llevaba corbata o moño; parte de su camisa blanca estaba desabotonada, dejando ver un poco de su pecho. Su cabello parecía ser de un castaño oscuro, ligeramente más largo en la parte de arriba, acomodándose en unos pequeños rizos.

Había algo casi poético en su presencia, como si formara parte de una pintura cuidadosamente detallada. Me encontré preguntándome si él también se había fijado en mí o si simplemente era una coincidencia que siempre estuviéramos aquí al mismo tiempo. ¿Acaso él me veía de la misma forma en que yo lo veía a él?

Cuando noté que él se levantaba de su asiento y parecía dirigirse hacia donde estaba, volví mi vista al celular con rapidez.

Nuevamente, repetí mis anteriores acciones, pero esta vez ya no se encontraba ahí. Se había ido.

—¡Madeline!

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La voz de mi amiga me sacó de mi sueño, y antes de darme cuenta, me moví de golpe hacia la derecha, cayéndome de la cama.

The Girl Of My Dreams || Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora