14.☁︎Un Encuentro Inesperado☁︎

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||Aiden Mateland / Madeline Van Zeller||

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||Aiden Mateland / Madeline Van Zeller||

21 de agosto del 2022

El beso, cada contacto, cada chispa eléctrica que recorría por mi cuerpo, era una revelación que me sorprendía y fascinaba a la vez.

Finalmente, nos separamos, aunque solo por un instante. Nuestras respiraciones estaban entrelazadas, intentando recuperar el aliento mientras nuestros ojos se encontraban, compartiendo una mezcla de sorpresa.

—Wow. . .

Me sentía abrumada por el sentimiento que había surgido, había sido algo completamente nuevo y emocionante. La intensidad del beso con Sebastian era única, y no podía dejar de pensar en lo que significaba para mí.

—Sí, wow.

Me perdí en la mirada de Sebastian, deseando volver a besarlo, pero algo me hizo frenar. Desde el borde del lago, vi una silueta a lo lejos, un hombre que parecía medir alrededor de 1.85 metros. Aunque no podía ver su rostro claramente, sabía que ese hombre podía ser uno de los de mi padre.

Sin poder contener mi inquietud, apenas logré articular unas palabras.

Yo. . . Perd. . . Lo siento. . . Lo siento, pero tengo que irme.

Mientras encendía el motor del carro, me preguntaba si alguna vez podría verlo de nuevo y si me perdonaría por haberlo abandonado de esta manera. Mi mente estaba llena de arrepentimiento y preocupación, y mientras me alejaba del lugar, solo podía esperar que, si llegaba a cruzarme con él otra vez, pudiera encontrar una forma de enmendar lo que había hecho.

☁︎☁︎☁︎☁︎☁︎

El recuerdo del beso y la sensación de conexión aún me envolvían, pero la preocupación por haber dejado a Sebastian sin explicaciones, seguía presente.

Después de permanecer acostada en la cama por unos minutos, me obligué a levantarme. Sentía la necesidad de escribir todo lo que sentía, además, no quería olvidar ningún detalle.

Finalmente, me dirigí a la cocina. Allí, noté que Sandy estaba frente al espejo al lado de la puerta principal, jugueteando, indecisa con su cabello. Parecía estar debatiendo cómo peinarse, como si cada estilo le diera un aire distinto.

—¿A dónde vas?—pregunté con una pequeña sonrisa picarona.

Sandy se sobresaltó un poco al oír mi voz, pero rápidamente trató de ocultar su sorpresa. Se dio la vuelta para verme y, a pesar de su intento de aparentar tranquilidad, el nerviosismo en sus ojos era inconfundible.

—Tengo una cita con un cliente —respondió, pero fruncí el ceño, ya que su tono delataba que no estaba siendo del todo sincera.

—¿Segura? —arqueé una ceja, mi sonrisa aún presente.

The Girl Of My Dreams || Sebastian StanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora