Pasaron 5 años desde que la familia Van Zeller perdió a uno de los suyos. Ante la incompetencia de los policías y detectives, y ante la desesperación de Dedrick Van Zeller de no encontrar a su hija menor, recurre a su yerno favorito, Sebastian Stan...
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||Sebastian Stan||
25 de julio del 2022
No sé qué hago aquí. No sé exactamente dónde estoy y ni siquiera sé a quién estoy esperando. Por alguna razón, he decidido venir a esta cafetería en vez de mandar a mi asistente por mi café, como siempre lo hago.
Miro el reloj en mi muñeca y veo que son las 1:30 p.m. Pronto serán las 1:32 p.m. , la hora exacta en que siempre entra esa chica de vestido azul marino que combina a la perfección con su cabello castaño rojizo.
Mi mirada no se despega de la puerta principal. Siento una curiosidad inmensa por esta chica. Nunca he logrado ver bien su rostro, pero algo me dice que es muy hermosa.
Unos segundos después, vuelvo a mirar mi reloj. Ya son las 1:32p.m. Mientras lo hago, escucho el leve chirrido de la puerta al abrirse. Ahí está ella.
Siendo lo más sigiloso posible, la sigo con la mirada mientras se dirige hacia la barista. Puedo adivinar que va a pedir un smoothie de chocolate. Siempre pide lo mismo. Y, como de costumbre, se sienta en la mesa que está enfrente de la mía mientras saca su teléfono.
Mientras ella saca su teléfono, tomo mi café recién servido y le doy un par de sorbos, reprimiendo las ganas de acercarme a hablarle. Necesito saber quién es ella. Necesito entender por qué sueño con ella. . . ¿Qué está pasando conmigo?
No sé cómo, pero de repente he tomado el valor de levantarme de mi asiento y acercarme hacia ella. Sin embargo, algo me detiene.
—Sebastian.
Me desconcierto al escuchar mi nombre. Ella no me está hablando. Miro a mi alrededor, pero no veo a nadie que me hable.
—Sebastian. . . ¡Cariño, despierta!
☁︎☁︎☁︎☁︎☁︎
Cuando abro los ojos, me doy cuenta de que ya no estoy en aquella cafetería. Mis ojos todavía se ajustan a la luz de la habitación y me percato de que estoy en mi departamento privado.
—¡Oh, Dios! Se me ha hecho tarde —exclamo mientras miro la hora en el reloj de la pared.
—Por eso te despertaba —dice la pelirroja que está acostada a mi lado. La verdad es que no recuerdo su nombre; solo sé que es una de las modelos que trabajaron en la colección pasada.
—Vístete, te pediré un taxi —digo mientras me levanto apresuradamente, buscando mi ropa, y llamo al portero para que solicite un taxi.
Mientras me visto, noto que la chica no se apresura lo suficiente; se está demorando a propósito, y eso empieza a irritarme. Pero no dejaré que me arruine el día.
